Tres jóvenes han sido detenidos como presuntos autores de un delito de robo con fuerza, aunque se presume que han participado en al menos otros ocho delitos de las mismas características. Vivían en Toledo y en Madrid, pero cometían sus delitos, que consistían en robar en el interior de furgonetas, en Guadalajara, tal y como ha informado la Dirección General de la Policía.
Siempre elegían las mismas furgonetas, de tamaño mediano
La investigación comenzó tras la denuncia puesta por el propietario de una furgoneta, quien dijo que le habían fracturado la cerradura del portón trasero para acceder a su interior. Curiosamente, en mayo se produjeron otros tres robos en vehículos de la misma categoría, furgonetas de tamaño mediano, que estaban estacionadas en la vía pública. Y habían utilizado el mismo modus operandi.
En junio se repitieron los robos en más furgonetas y con el mismo patrón, tanto en la forma de acceder a los vehículos como en las horas en las que se cometían los delitos.
Por lo que la Policía Nacional estableció una serie de dispositivos de prevención, que dieron como resultado la detención de estos tres jóvenes, un grupo organizado que fue detectado el 2 de julio, cuando las patrullas de Seguridad Ciudadana detectaron, a la altura del bulevar de Entrepeñas, un vehículo que circulaba a gran velocidad y cuyas características coincidían con las aportadas por un testigo de un robo en una furgoneta que se había llevado a cabo momentos antes.
Vehículo que interceptaron, tras una breve persecución, en la confluencia de la avenida del Ejército con la calle Dos de Mayo.
Al registrar el interior del vehículo encontraron destornilladores, alicates, una llave fija, una llave de tubo y una llave de arranque para coche, probablemente utilizadas para forzar las cerraduras de las furgonetas.
Los tres lo tenían todo planificado. Primero localizaban el vehículo que les interesaba, uno de ellos permanecía al volante de su coche para huir rápidamente en el caso de que fueran sorprendidos, mientras que uno de los otros dos, los más jóvenes, forzaba la cerradura y el otro vigilaba que nadie pudiera verlos.
Los tres han sido puestos a disposición judicial.