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artículo de opinión 11/01/2016junio 7th, 2017

«Tengo claro que España está en un momento en el que necesita reconciliarse consigo misma. Volver a la cultura del pacto, del acuerdo y del diálogo perdida por culpa del Partido Popular, se lo recuerdo al señor Rafael Hernando porque ha sido su partido y no otro el que ha provocado la mayor fractura social, económica, cultural y política que ha sufrido en la Democracia nuestro país. Se lo recuerdo porque esta semana lo ha dicho en una entrevista de radio que tuve la oportunidad de escuchar, dicho lo cual lo hice con absoluta incomprensión que no sorpresa, porque creo que nada o casi nada me sorprende ya del Partido Popular, después de tanto daño como ha ocasionado en la pasada legislatura.

España necesita abrir un tiempo nuevo, distinto. Un tiempo que corresponda a toda la sociedad, un tiempo por consiguiente, incluyente que deje atrás el pasado que hemos vivido con el Partido Popular que ha estado marcado por la ceguera, por la sordera y por la nula capacidad de gobernar a favor de todos los españoles.


Hemos de recuperar los derechos perdidos, la sensatez y la cordura y eso pasa, porque tengamos políticos capaces de poner su trabajo a favor del conjunto de la sociedad y no del conjunto de los intereses de una sola persona o del partido en cuestión.

Hemos de resolver situaciones complejas como son los desahucios, el paro, la desprotección social, la atención a las personas dependientes, abrir un proceso constituyente encaminado a una reforma votada por todos los españoles, que resuelva la cuestión territorial a fin de que los españoles avancemos en derechos y en igualdad de condiciones.

Hemos conseguido a lo largo de estos años de Democracia muchas cosas. Hemos obtenido gracias al esfuerzo de todos, tener un país moderno, un país que ha sido bandera de la Sanidad Pública (tanto que ha sido posible que se fijen en nosotros países como Estados Unidos) y por eso, creo fundamental que se reconozca como un Derecho Universal en la Carta Magna.

También pido una total y absoluta revisión de todos los artículos de la mencionada Constitución Española de 1978, se desarrollen todos de tal manera que se adecuen a las exigencias que demanda la actualidad de nuestro país.

Por ello, considero fundamental que seamos capaces de vertebrar el Estado de las Autonomías, caminando hacia un modelo que resuelva todas las cuestiones que ahora producen desigualdad en los distintos territorios de España. No es tiempo de buscar atajos, ni de desafíos de ningún lugar pues esto significaría un desafío de España contra España, de todos contra todos. Por ello, hemos de garantizar la unidad pero haciendo posible un Estado comprensivo e inclusivo de todas las sensibilidades de nuestro país puesto que España no es un territorio uniforme sino diverso, rico y plural que, lejos de significar un problema debe ser entendido como solución y también, si me lo permitís, como orgullo de todos los españoles pues es eso lo que siento, sea cual sea su condición. Hagamos posible el discurso de la unidad pero sobre todo, el de la igualdad que emana de nuestra Constitución porque si a algo tenemos derecho, es a progresar y a vivir dignamente estemos donde estemos.

Hemos de forjar un país unido, que tenga voz propia en Europa y en las Naciones Unidas. Hemos de tener claro que la crisis del Euro no se resolverá si no existe una España fuerte puesto que sin ella, jamás tendremos una Europa fuerte. Por ello, la política internacional debe ser clave para nuestro desarrollo como país.

Asimismo, considero fundamental que España sea una potencia a nivel industrial de modo que es imprescindible para este tiempo, abrir una etapa donde la reindustrialización de España, sea una prioridad de manera que podamos conseguir que los empleos que se creen en España sean duraderos y sobre todo, de calidad. Por ello, considero fundamental hacer hincapié en la formación de nuestros jóvenes y de los no tan jóvenes, puesto que la Educación debe ser la base principal y el motor que haga posible que el paro sea reducido hasta unos niveles tolerables. Lo que nos deja el PP es de todo, menos tolerable en este sentido.

Hemos de hablar de la España del futuro, de la España de la modernidad, de la España de los jóvenes que ahora están fuera de nuestro país, ganándose la vida que la crisis les ha negado en nuestro país y para ello, también debemos hacer hincapié en todo lo relacionado con la investigación, el desarrollo y la innovación. Sin Ciencia no hay progreso y sin progreso, estoy convencido que no hay futuro.

Hemos de profundizar en la democratización de nuestras instituciones, en la de nuestros partidos políticos (siempre abogaré e incidiré decididamente en la imperiosa necesidad de que el PSOE sea lo que queramos sus militantes y no lo que quieran unos pocos).

Hemos de hacer posible un país que haga realidad el uso libre de la palabra, por ello, no podemos consentir al nuevo Gobierno que siga ni un minuto más la llamada «Ley Mordaza«.

Pido un esfuerzo a patronal, sindicatos, asociaciones, plataformas y partidos políticos para hacer posible que nuestro país vuelva a ser un estado justo, un estado de bienestar puesto que si algo ha sido España en estos últimos cuatro años sin duda, es un Estado de malestar permanente, provocado por las políticas devastadoras de Europa, de la Derecha Económica y Política de nuestro país.

Hemos de hacer autocrítica todos y por eso, no quiero dejar esto en último lugar y más aún quiero incidir fundamentalmente en la necesaria reflexión que debemos hacer los socialistas, sin que esto provoque divisiones, discusiones y enfrentamientos que lejos de hacernos fuertes, nos harán previsibles ante aquellos que lo que quieren es ocupar el espacio legítimo que nos corresponde a los socialistas dentro del espectro de la Izquierda y que, perderemos si en vez de mirar por todos los españoles nos miramos el ombligo. Por ello, deberemos incidir en la reflexión profunda para saber tomar las decisiones adecuadas que nos hagan ser un partido mejor de modo que seamos pieza fundamental para las transformaciones que España necesita pero esto, deberá hacerse en el debido momento y éste, no es ahora precisamente y sí, muy probablemente un poco después. Nada que se haga de la mano de la prisa y la precipitación puede salir bien. Quiero dejar constancia aquí para que se haga llegar a los dirigentes de mi Partido.

Es el tiempo de liderazgos compartidos. Es el tiempo de dar la cara y no esconderse tras un plasma o tras vagas e inútiles palabras que no resuelven nada sino que al contrario, crean aún más problemas de los que ya tenemos. No hay mayor error de cara a los ciudadanos que estar pendientes de ocupar un puesto y despreocuparnos del interés general. Es justo eso lo que se ha castigado el 20 de diciembre a los dos grandes partidos y me parece muy bien. Lo que me parecerá muy mal es que, tras estas elecciones no hayamos aprendido la lección de que si no contamos con la gente y nos olvidamos de ella, la gente no contará con nosotros y se olvidará de nosotros y la culpa será nuestra nuevamente y no de los sufridos ciudadanos que han tenido que soportar la lacra del paro consecuencia de la crisis, por culpa de la gravísima inacción política y nula capacidad de encontrar soluciones, que ha hecho posible que hoy día, un político sea visto más como problema que como solución a los problemas de los ciudadanos.

Hemos hecho muchas cosas aunque nos faltan muchas, pero nada es imposible de conseguir. Puede lograrse si hay capacidad de diálogo pero también, si somos capaces de escuchar al ciudadano, de hacer posible que ellos participen de verdad de la Democracia, de la Política. Hay que hacer Política de verdad. Hay que sentir que la Política es de todos y para todos y no un campo exclusivo de ciertas personas. No. No es tiempo de barones, ni tiempo de baronesas.

Es tiempo de sumar voluntades aparcando individualismos e intereses partidistas que tanto daño hacen a la sociedad porque lo que de verdad pasa, es que cuando el político o la política de turno hace eso, olvida que la sociedad es la suma de todos y es por eso, que quien ha olvidado esta lección durante estos cuatro años así como el conjunto de todo su partido, no pueden erigirse como los garantes del verdadero cambio que necesita este país y es por eso, que llamo a todas las fuerzas políticas que quieren ese proceso aperturista, renovador y de cambio a unirse para que el gran pacto tenga forma de gobierno y cuyo mando lo ostente alguien adaptado a la realidad actual.

Por eso, pido que dejemos las inútiles luchas internas de poder porque España no está para perder el tiempo en esas cosas, aún sabiendo que el debate es importante y fundamental para avanzar pero si estamos en eso, defraudaremos a todo el país y la verdad, es que no nos lo merecemos.

Hagamos las reformas de todo tipo que necesita España, porque todos los españoles lo pedimos y lo queremos. Hemos votado eso y quien no entienda ese mensaje, estará condenado a ser castigado en las urnas en la próxima ocasión que espero, confío y deseo, no sea ahora puesto que la repetición de elecciones (que, humildemente creo que no va a suceder) sería un fracaso de la Política que los ciudadanos no perdonarían.

No nos merecemos en este tiempo nadie que sigamos igual que estamos y para conseguirlo, estoy convencido que lo haremos si y sólo si estamos convencidos de que el progreso de España es tarea de todos y no de unos pocos, porque a todos los españoles nos toca de nuevo volver a empezar».

Diego Ruiz Ruiz, militante del PSOE de Polán (Toledo)

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