La escritora Almudena Grandes ha sido reconocida esta tarde en Toledo con el Premio Abogados de Atocha que concede anualmente CC.OO. de Castilla-La Mancha, que ha asegurado que recibe «con orgullo» y con el compromiso de seguir luchando por los valores que defendían los cinco jóvenes asesinados en 1977.

Grandes se ha mostrado «muy orgullosa, muy contenta y un poco abrumada» por haber recibido un premio que lleva el nombre de los cinco asesinados el 24 de enero de 1977 en despacho de abogados laboralistas de la calle Atocha de Madrid.

Ha agradecido la concesión del premio, del que le gusta pensar que «no reconoce solo mi trabajo, sino en general la capacidad de la literatura para modificar el mapa sentimental de los lectores, para conseguir que los lectores se fijen en momentos, en acontecimientos, en conflictos en los que no habían reparado antes».

Asimismo, ha dicho que recibir un premio con este nombre «es un compromiso para seguir luchando, para seguir defiendo los valores que ocasionaron la muerte de cinco jóvenes hace 40 años».

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Almudena Grandes, los buenos y los malos

A preguntas de los periodistas, ha opinado que España «es un ejemplo muy claro de las anomalías que los procesos de amnesia colectiva pueden provocar en un Estado democrático», porque a su juicio: «Es increíble que 40 años después siga habiendo gente que siga diciendo que no está claro quiénes eran los buenos y quiénes eran los malos y en decir que todo estaba muy revuelto».

En este sentido, ha apuntado que una de las principales consecuencias que tuvo lo que ocurrió el 24 de enero de 1977 fue «que la muerte de los abogados de Atocha trazó una frontera indeleble entre los verdugos y las víctimas».

Y ha sentenciado: «Es sorprendente que, 40 años después, tengamos que estar dándole vueltas a eso, es una prueba suficiente para demostrar el déficit de la democracia española».

Por su parte, el secretario general de CC.OO. de Castilla-La Mancha, José Luis Gil, ha recordado que hace ya 40 años que ocurrió el suceso «Pero nos queda la memoria, es una fecha imborrable y por eso es justo recordarlo y explicar lo que pasó para que jóvenes y no tan jóvenes sepan lo que una gente, de manera tan desprendida y con tanto coraje, fue capaz de hacer para que este país viera finalmente la democracia encumbrada».

Según ha dicho Gil, en el despacho donde esos jóvenes fueron asesinados «se respiraba ansias de libertad, rebeldía, solidaridad para con el conjunto de la gente que lo pasaba mal y ha sido un ejemplo para que este sindicato de una manera clara recuerde cuáles son sus orígenes, qué es lo que defendemos y dónde están los nuestros».

Por ello, «cada 24 de enero hay que tener muy presente el sacrificio de cinco personas, todos muy jóvenes, que optaron por una manera de entender la vida y la pelea de una manera muy generosa», ha enfatizado Gil, que ha agregado: «Por lo tanto son un patrimonio para todos, no solo para el sindicato sino para toda la sociedad española».

Al acto de entrega del premio han asistido, entre otros, el vicepresidente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, y Alejandro Ruiz-Huerta, el único abogado que hoy sigue vivo de los que se encontraban en el despacho atacado.

Martínez Guijarro ha afirmado que fue un hecho histórico «que se ha convertido en un símbolo de lucha en favor de la libertad, de la democracia, de los avances sociales» y ha considerado: «Con las corrientes que circulan por el mundo, en estos momentos, creo que ese simbolismo merece más la pena que se ponga en valor».

A su vez, el presidente de la Fundación Instituto de Estudios Sociales de CCOO de Castilla-La Mancha, Antonio Arrogante, ha manifestado que los organizadores están satisfechos del seguimiento que se está dando a esta conmemoración de la «matanza de Atocha», en la fueron asesinados los abogados Javier Sauquillo, Javier Benavides, Enrique Valdelvira, Serafín Holgado y el sindicalista Ángel Rodríguez Leal, natural de Casasimarro (Cuenca).

Arrogante ha recordado que es la quinta edición desde que el sindicato se hizo cargo de convocatoria del premio en 2013 y la decimotercera desde que se convoca en Castilla-La Mancha.

Antes de Grandes han recibido el premio, entre otros, la jueza y actual alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, el fiscal y magistrado Emérito del Tribunal Supremo José Antonio Martín Pallín; el abogado laboralista Enrique Lillo; los exsecretarios generales de UGT y CCOO Nicolás Redondo y Marcelino Camacho y la presidenta del Movimiento por la Paz, Francisca Sahuquillo.

También lo han recibido la líder de la oposición birmana y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, la ONG mexicana ‘Nuestras Hijas de Regreso a Casa’, el que fuera presidente del Foro de Érmua, Vidal de Nicolás, y el religioso dominico brasileño Carlos Alberto Libanio Christo.