Comenzaba la Feria de Ciudad Real y lo hacía con su primera corrida «monstruo», es decir, una corrida compuesta por cuatro matadores de toros, con sus dos toros correspondientes, ocho en total. Una apuesta de la empresa gestora de la plaza para convertir a la capital manchega en un referente taurino de primer nivel.
Exitosa total primera corrida.
La dificultad que entrañaba la primera de Feria era que estaba compuesta en su integridad por matadores de la tierra. Un cartel taurino que el coso culipardo llevaba años reclamando pero, que bien podía ser un éxito, bien un fracaso. Por suerte, el resultado fue positivo y los numerosos aficionados que acudieron al coso manchego pudieron disfrutar de un excelente espectáculo.
Le tocaba abrir la tarde a Aníbal Ruiz. Esta actuación tenía un aroma especial. Era la última tarde en que la capital iba a poder disfrutar de un torero que tantas tardes de gloria ha dado a la provincia; por ello al romper el paseíllo se le hacía entrega de una placa conmemorativa. Su primer toro resulto herido nada más empezar y necesito de apuntillarlo en medio de la plaza.
Estuvo bien con el sobrero que a la postre abría plaza, un toro que permitió a Aníbal demostrar ese temple y esa suavidad que siempre lo ha caracterizado. Lo toreó muy bien por el pitón derecho, sacando los aplausos de la gente que tras una buena estocada le permitían cortar la primera oreja de la tarde.
ANÍBAL SE VACIÓ CON EL QUINTO
Con el quinto, su último toro en Ciudad Real, Aníbal se vació. Era un toro difícil, complicado, y que daba para poca lucidez. Sin embargo, sacando toda su casta torera Aníbal Ruiz fue llevando el toro a su terreno y fue capaz de meter a toda la plaza a su favor. No era un toro para excesivas florituras, pero la gente pudo disfrutar de una faena que estuvo rodea de emoción y tras una estocada caída, el toro doblaba las rodillas de forma fulminante y el público culipardo despedía por todo lo alto a su torero. Dos orejas llenas de emoción y la despedida de Aníbal besando el albero de una plaza que tantas tardes de gloria le ha dado.
El segundo en el cartel era Luis Miguel Vázquez. Estuvo muy bien con el primero, realizando una importante faena, con tandas muy bien ligadas y pases suaves y hondos, de calidad. Mostró con la muleta un amplio repertorio que le permitió ganarse el aplauso del respetable. Mataba de estocada entera aunque algo caída, y conseguía una oreja con petición de segunda.
Muy bien estuvo con su segundo animal, un toro que brindo a su compañero de terna que se despedía, y que apuntaba intenciones de rajarse. Sin embargo, el buen hacer de Luis Miguel le permitió sacar fuerzas de flaqueza y conseguía sacar importantes tandas que, a pesar de un pinchazo, no le impidieron cortar su segunda oreja y salir a hombros.
Continuando el orden de lidia, el tercer torero del cartel era Fernando Tendero. Estuvo aceptable en el primero, en especial con el saludo capotero a la verónica y con un bonito quite por chicuelinas. Cabe destacar la importante lidia realizada por toda la cuadrilla, y que animó sin duda al respetable. Ya con la muleta demostró un amplio repertorio que a pesar del pinchazo y el aviso le permitían cortar su primera oreja de la tarde.
LA SEGUNDA FAENA DE TENDERO, DIFÍCIL DE OLVIDAR
En su segundo, el séptimo de la tarde, realizó una faena de esas que serán difíciles de olvidar. Volvió a demostrar un gran manejo de capote y su cuadrilla realizó una gran lidia, sin embargo, lo mejor estaba por llegar. Con la muleta realizó varias tandas en un palmo de terreno, a pies juntos, sin apenas moverse, que recordaron al toreo de otros tiempos y que en esta época cada vez es más complicado apreciar. Fueron minutos de gloria, de una emoción suprema, que animaron a Tendero a torear de rodillas, momento en que sufrió un importante encontronazo con el astado. Una vez recuperado del golpe, volvió al centro del ruedo para rematar la faena y tras una excelente estocada cortar dos orejas que le permitían salir a hombros como sus compañeros anteriores.
El que cerraba cartel era Emilio Huertas. Lo tuvo imposible con su primero, que haciendo gala a su nombre “Destructor” destruyó por completo las ilusiones del joven torero. Un toro que no había por donde cogerlo y cuya lidia resulto imposible. Huertas tomó la mejor decisión posible y, dado que lo único que podía ocurrir era un percance, tomo la mejor decisión al matarlo. Palmas por la rápida muerte del animal.
Con el que daba por finalizada la tarde, Emilio Huertas se sintió mucho más cómodo desde el principio. Lo recibió bien a la verónica y, ante las ganas de la plaza por cerrar una tarde perfecta, dibujo una faena emocionante con la muleta donde puso todo lo que le falto al animal, fuerza y entrega. La recompensa la recibió de una plaza entregada que le otorgo las dos orejas y le permitió salir a hombros con el resto del cartel.
En definitiva, excelente tarde, más bien noche de toros, que pasadas las once de la noche permitía a cuatro toreros de la tierra salir a hombros. El público los vitoreo en su salida junto con el ganadero, y orgullosos y emocionados gritaban “¡Vivan los toreros de la tierra!”.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Ciudad Real, Primera de feria. Más de media entrada. Toros de los Chospes para los matadores:
Aníbal Ruiz: oreja y dos orejas.
Luis Miguel Vázquez: oreja y oreja.
Fernando Tendero: oreja y dos orejas.
Emilio Huertas: palmas y dos orejas.