La escritora uruguaya Carmen Posadas se ha referido al movimiento 15-M, como «un estallido de libertad y de ganas de cambiar las cosas», si bien ha advertido de que «si luego estos movimientos asamblearios no tienen un líder, se convierten en algo totalmente inoperante». Así se ha pronunciado en declaraciones a Efe en la Biblioteca de Castilla-La Mancha de Toledo, donde ha presentado su último libro «El testigo invisible», en el que a través de las memorias de Leonid Sednev, un deshollinador al servicio de los Romanov, se adentra en la Revolución Rusa y la muerte de la familia del zar Nicolás II.
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Precisamente haciendo un paralelismo histórico, Posadas ha indicado que al estallar la Revolución Rusa «lo primero que surge fue una serie de movimientos asamblearios muy parecidos a lo que pasó en el 15-M».
En este punto ha advertido que estos movimientos, al igual que el 15-M, constituyen «un estallido de libertad y de ganas de cambiar las cosas, pero si luego no tienen un líder, se convierten en algo totalmente inoperante», ha aseverado.
Preguntada sobre si ese líder puede salir de la sociedad civil dado el desprestigio al que está sometida estos días la clase política española, Posadas se ha limitado a decir que «lo que hace falta es que salga una persona bien intencionada».
Y ha justificado este deseo en que «momentos históricos» como los que se están viviendo actualmente en España «se prestan tanto a los héroes como a los villanos, por lo tanto, esperemos que sea un héroe el que salga», ha apostillado.
Unos minutos más tarde, durante la presentación de su libro ante el público toledano, en la Biblioteca de Castilla-La Mancha, la escritora ha explicado que fue su hermano quien le animó a escribir un libro sobre la familia imperial rusa, a lo que en principio se mostró reticente al existir ya muchos libros y películas sobre «la falsa princesa Anastasia», ha dicho.
Sin embargo, el trabajo de investigación que inició para documentarse la atrapó y la llevó a construir esta historia de ficción a partir de un personaje real, Leonid Sednev, el deshollinador del último zar de Rusia, que a través de los respiraderos de las estufas que limpiaba en el Palacio Aleksandr, se convirtió «en el testigo invisible de lo peor de la revolución».
Posadas ha destacado también que, para escribir este libro, le han servido los seis años que vivió en Rusia, cuando su padre fue destinado allí como embajador, después de haber ostentado este cargo en España, período en el que viajaron con mucha frecuencia a Toledo, ciudad que «me parecía maravillosa», ha dicho.