Marta Conejo tiene 21 años, estudia Psicología, ha publicado su primera novela en digital, en el grupo Planeta, y está a punto de lanzar la segunda. Comenzó a leer imitando a su madre y sostiene que lo importante es que los niños lean lo que quieran, no marcarles la lectura en clase.
«Yo contemplaba a mi madre leer tranquilamente, sentada en uno de los sillones. No sé qué día decidí dejar de observarla y pasar a imitarla, pero agradezco ese día con todas mis fuerzas», confiesa esta joven toledana en su blog.
En una entrevista con Efe, con motivo del Día del Libro, Marta Conejo ha explicado que comenzó a leer muy pequeña y que durante su infancia el libro era «mi primera afición, la primordial», hasta que un día probó a escribir.
Leyó y releyó mucho, y en todo momento, libros de casa y de la biblioteca, y «me encantaba soñar despierta». Así llegó el momento en que quiso escribir todo aquello que tenía en la cabeza.
Su primera obra, a los 11 años, fueron dos páginas a máquina de escribir: «por la noche soñaba con ella, pero no era fácil poner escritas las ideas de mi cabeza», recuerda 10 años después.
Siguió escribiendo y a los 12 años empezó una larga novela, fantástica, que terminó a los 17, 1.000 páginas después, y que guarda «con mucho cariño», con la intención de volver a leerla «algún día».
A través del sello exclusivo de formato digital Click, del grupo Planeta, ha publicado «Mis alas por un beso» y el 12 de mayo lanzará «Bienvenidos a Lúcido», pero reconoce que tuvo muchos «no» antes de recibir la llamada de la editorial.
Esta autora, que reside en Fuensalida (Toledo), afirma que el panorama para un escritor novel es «muy difícil» y pasa, en una mayoría de ocasiones, por publicar en formato digital.
Lo que le gusta a Marta es charlar con el lector «de forma directa» y acudir a encuentros literarios y clubes de lectura, porque en estos foros ella se reconoce, a la vez, como lectora y escritora.
Sobre cómo fomentar la lectura en un país en el que el 35 por 100 de la población no lee nunca o casi nunca porque el libro o no gusta o no interesa, la escritora es partidaria de permitir que los niños y jóvenes lean «lo que quieran» para combatir lo que muchos comentan, que les han mandado leer un libro en clase y que se han aburrido.
«Propongo que en los colegios se lea lo que se quiera, lo que recomienden otros compañeros, los libros que quieran leer, porque lo importante es que la gente lea. No hay que marcarles tanto la lectura desde el principio, sino dejar que elijan», explica.
Todo para conseguir que la lectura no se vea como una obligación, como a veces sucede en el colegio, sino un placer, un verdadero disfrute.
A la hora de hablar de sus novelas, tanto de «Mis alas por un beso» como de la próxima «Bienvenidos a Lúcido», Marta cuenta que le gusta crear un mundo «diferente», soltar allí a sus personajes y plantearles un problema al que tienen que enfrentarse.