Al igual que en la campaña que llevaron a cabo en el año 2014, la de este año se está centrando en el estudio arqueológico de la presa y su entorno. El trabajo lo está realizando el equipo de investigación de Novas Arqueológica, formado por Elena Peláez y Rafael Caballero García, junto con el investigador Juan Palencia.

Mientras estas campañas se encargan del estudio, la que se llevó a cabo en el 2015 se ocupó de consolidar parte del muro y adecentar el entorno en el que se ubica esta maravilla arquitectónica. Los trabajos se iniciaron el 5 de junio y se desarrollarán hasta el próximo día 30.

650 metros de una tacada 

Los sondeos que se están realizando están sirviendo para que coja fuerza la hipótesis de que se construyó en una sola fase, y estamos hablando de más de 650 metros.

Además, los hallazgos cerámicos encontrados hasta el momento sitúan la construcción de la presa a ente el siglo IV o siglo V, hipótesis que de confirmarse situaría a la urbe consaburense a la altura de las grandes ciudades del mundo tardo romano en las que se realizaron obras por magnates locales, en ese complicado y desconocido periodo histórico, al estilo de las Villas de Carranque o Noheda.

Asimismo, las intervenciones que se han llevado a cabo en cerro Calderico, el otro yacimiento que está en estudio, mostraría un fuerte empuje económico de la Consabura tardo–romana justo en el momento de desintegración del imperio.

Están aún por determinar la actividad económica que permitió a una o varias familias de patricios romanos financiar y construir una obra digna del esplendor del imperio.

Desde el Ayuntamiento de Consuegra están haciendo grandes esfuerzos para recuperar y ensalzar este patrimonio. Rutas de senderismo, visitas guiadas, señalética del monumento, adecuación de caminos han sido alguna de las acciones que han permitido acercar este monumento a más de 2.500 personas en el último año. Monumento que permite interpretar la evolución del paisaje consaburense de los últimos 2.000 años.