Dos fortalezas medievales de Castilla-La Mancha, ubicadas en las provincias de Toledo y Ciudad Real, han sido incluidas en la ‘Lista Roja del Patrimonio’ que elabora la Asociación Hispania Nostra y que recoge los monumentos en peligro de desaparición.
Se trata del castillo de Carabanchel o Monreal, situado a nueve kilómetros del término municipal de Dos Barrios (Toledo) y de la fortaleza de Salvatierra, en Calzada de Calatrava (Ciudad Real), ha concretado la Asociación en una nota de prensa.
Una importante fortaleza de difícil acceso
La primera fortificación, considerada islámica, se alza sobre un cerro que domina el Valle de Valdecarábanos, sobre la Mancha toledana, y actualmente quedan pocos restos de lo que, según este colectivo, debió de ser «una imponente fortaleza de difícil acceso, con fuerte muralla, foso y gran plaza de armas».
Hispania Nostra ha explicado que el «deficiente» estado de conservación del castillo impide trazar con exactitud su primitiva planta, que debió de adaptarse al cerro sobre el que se asienta.
Edificado con mampostería y argamasa de cal y arena, únicamente resta de él en un «estado aceptable de conservación» la esquina noreste, que muestra todavía «una altura reseñable».
En la cara externa del lado norte destacan dos vanos, en lo que sería la segunda planta del edificio, y en el lado este se halla una torre semicircular, mientras que en el interior resaltan, adosadas al paño norte, dos estancias paralelas cubiertas por bóvedas de cañón.
Estado de «ruina» en la fortaleza Salvatierra
A su vez, la fortaleza de Salvatierra se encuentra en grado de «ruina», ha señalado el colectivo, que ha incidido en que «nunca se ha realizado prospección arqueológica alguna ni actuación de conservación en toda su historia».
Hispania Nostra ha explicado que, según algunos autores, el castillo fue construido por los musulmanes hacia los siglos X u XI sobre otra construcción de origen romano.
Pasó a manos cristianas en el año 1198 y fue recuperado por los almohades en el 1211 y reconquistado definitivamente por los caballeros calatravos en 1226.
La asociación remarcado que su importancia estratégica era «grande», pues suponía para los árabes el control de las fuerzas cristianas que se dirigían hacia Al Andalus, y para los cristianos, un «excelente observatorio militar», que estaba rodeado de otras pequeñas fortificaciones cercanas, como las de Castilviejo, Castillejo de Don Alonso y La Mojina.
Se trata de una fortaleza histórica que perteneció a la Orden de Calatrava y que fue sede de la misma desde la derrota de Alarcos hasta la victoria de las Navas de Tolosa, llegando a cambiar su propia denominación por Orden de Salvatierra.
Situada enfrente del Sacro Convento de Calatrava La Nueva, constituye «un elemento primordial» del paisaje, ha afirmado Hispania Nostra, que ha recordado que el castillo dejó de estar en funcionamiento durante el siglo XIV.
En el interior del monumento aún se conservan varias bóvedas completas pertenecientes a espacios militares y de almacenamiento, cámaras subterráneas y aljibes construidos en mampostería.