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22/04/2012junio 13th, 2017

Castilla-La Mancha celebra mañana, lunes, el Día del Libro en medio de un panorama incierto marcado por la crisis económica y la reinvención del sector hacia lo digital, pero con la alentadora noticia de que 1.00  personas pasan cada día por las bibliotecas de la comunidad autónoma. El sector del libro no es ajeno a la coyuntura económica y también está escribiendo su propio capítulo en esta vacilante obra, en la que el principal antagonista es la crisis económica, que exprime el bolsillo del lector y de las instituciones públicas y contra el que luchan libreros, bibliotecas, editoriales y lectores.

La venta de libros ha descendido en los últimos años, tal y como se observa en los datos de la Federación de Gremios de Editores de España, que sitúan la caída de la facturación en un 7 por 100, algo que constatan algunas librerías.


Alberto Sánchez es el propietario de la librería Taiga en Toledo, reconocida con el premio a la Librería Cultural Española 2011. Asegura que «la ventas por parte de los particulares han disminuido en general», aunque reconoce que en su establecimiento el descenso está siendo «menos preocupante» pues conoce librerías en las que caido un 30 por 100.

La misma aseveración emplea Petri Díaz-Ropero, de la librería Hojablanca, situada en pleno corazón del casco histórico toledano.

La experimentada librera afirma, «sin ánimo de llorar», que las ventas a particulares han bajado desde que comenzó la crisis económica, aunque el negocio «se resiente más por el lado de las instituciones», que han dejado de comprar libros de manera considerable.

Aún se desconoce la partida de los presupuestos de Castilla-La Mancha que se dedicará a la divulgación y la promoción de la lectura a través de las bibliotecas, las campañas para captar lectores o las diferentes ferias literarias, aunque se prevé que sea significativamente menor a la de años anteriores como consecuencia de la aplicación de los ajustes necesarios para conseguir el anhelado equilibrio presupuestario.

El consejero de Educación, Cultura y Deporte, Marcial Marín, anunció el mes pasado que cada biblioteca provincial contará con una partida de 35.000 euros para la adquisición de fondos bibliográficos y la organización de actividades, aunque admitió que se había producido el cese temporal en la compra de fondos de otras bibliotecas de la región.

Precisamente, el medio millar de bibliotecas de Castilla-La Mancha son las que arrojan gotas de optimismo sobre el sector y el mantenimiento del hábito lector.

Datos del Gobierno regional destacan que constituyen el servicio público no sanitario más demandado por los castellanomanchegos y por ellas pasan alrededor de 1.000 personas cada día.

El sector también es muy permeable a la introducción de las nuevas tecnologías y al futuro incierto del libro hay que añadirle el cambio de negocio editorial con la digitalización de obras y la invasión de los denominados e-books.

En 2010 en Castilla-La Mancha, según datos del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, se editaron 937 obras en papel con una tirada media de casi 2.000 ejemplares, mientras que sólo 30 estaban inscritas en el apartado de la edición electrónica.

No parece por tanto que la entrada del digital vaya, de momento, a afectar tanto a un modelo centenario como sí lo está haciendo la crisis económica, contra la que diariamente libreros, editores y lectores se enfrentan para conseguir un final feliz en este desapacible capítulo.

Por ello, el sector apuesta por dedicar especial esfuerzo a la celebración del Día del Libro, una jornada en la que se han preparado numerosos actos en Castilla-La Mancha y en la que, según el propietario de Taiga, se llegan a vender «incluso más libros que cualquier día de Navidad».

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