El Año Greco, en el que se conmemora el cuarto centenario de la muerte de Doménikos Theotokópoulos, también se celebra en la campiña polaca, en la localidad de Siedlce (este), que presume de tener una obra del cretense encontrada por casualidad en una parroquia rural hace ahora 50 años.
Aunque El Greco siempre ha estado unido a España y Grecia, el Museo Diocesano de Siedlce «es también su casa», y el artista «forma parte de la historia de Polonia, al menos desde hace medio siglo», explicó a Efe la conservadora del centro, Dorota Pikula.
En una de las salas de este museo, protegido por gruesos cristales blindados, cuelga «Éxtasis de San Francisco», pintado por el cretense, su único cuadro en Polonia.
«Es increíble que una obra del Greco se encontrase en nuestro país, aunque no sabemos cómo llegó hasta aquí», reconoció Pikula.
El lienzo fue descubierto hace cincuenta años por dos jóvenes historiadoras, Izabella Galicka y Hanna Sygietynska, en una pequeña iglesia de Kosów Lacki, una localidad de apenas 2.000 habitantes en el este de Polonia.
En una entrevista mantenida con Efe hace varios años, Galicka comentaba que la tela podría haber acabado en esta parroquia rural a principios del siglo pasado, cuando el párroco pidió a su primo que adquiriese en Varsovia un lienzo en el que se representase a San Francisco, patrón del templo.
Tras su restauración en los años 70, se descubrió que, bajo la firma del pintor flamenco Van Dyck se encontraba el nombre de Doménikos Theotokópoulos, lo que disipó todas las dudas sobre la autoría de una tela que, en opinión de Galicka, era a todas luces una pintura del cretense.
Antes de esa confirmación final, las dos historiadoras mandaron fotografías ampliadas y una carta explicativa al experto del Instituto Amatller de Barcelona, José Gudiol, quien les respondió que la obra reunía todas las características de un trabajo del Greco o de sus discípulos y que podría fecharse en el último cuarto del siglo XVI.
El lienzo, con un tamaño de 104 por 75 centímetros, permaneció escondido desde entonces ante el temor de la Iglesia de que fuese confiscado por las autoridades de la etapa comunista, unos años oscuros en los que sólo un puñado de personas conocían la verdad sobre este «Éxtasis de San Francisco».
Hoy la autoría de esta obra es reconocida, aunque el cuadro sigue sin aparecer en la mayoría de guías sobre el artista y está fuera del circuito del Greco.
El museo de Siedlce, una ciudad de unos 75.000 habitantes, quiere acabar con ese anonimato aprovechando el Año Greco y lograr la notoriedad que corresponden a un pequeño museo del este de Polonia que se reivindica como una de las casas del pintor cretense.
De hecho, tanto Pikula como las autoridades locales esperan que el año de conmemoraciones sirva para dar a conocer definitivamente la ciudad y la joya que guarda su museo diocesano.
Para eso han organizado conferencias, talleres e incluso un concierto de música española, apunta la conservadora, y en mayo «Éxtasis de San Francisco» viajará hasta la capital, Varsovia, como estrella de una exposición dedicada al artista en conmemoración del cuarto centenario de su muerte.
La fundación El Greco Polska, creada específicamente para promover en Polonia el legado del pintor griego, es la responsable de organizar los principales actos, que culminarán con la exposición de Varsovia y una conferencia internacional sobre la obra del artista.
El viceministro de Educación polaco, Tadeusz Slawecki, ha mostrado su confianza en que la organización de estos actos en recuerdo del Greco sirvan de «estímulo» para preparar «desde un punto de vista espiritual» la visita a Polonia del papa Francisco, prevista para 2016.