Efectivamente, aquellos maravillosos años…
La fotografía que les mostramos puede ser de hace nada más y nada menos que 32 años, cuando uno de los protagonistas de la imagen apenas tenía 17… Es el pintor y escultor toledano Alberto Romero durante una de las visitas que realizó al estudio del genial pintor Cecilio Guerrero Malagón. Lo que da fe de que Romero supo aprovechar el tiempo y empaparse de tanta cultura como había en esa casa…
El estudio de Guerrero Malagón (esta semana hemos conocido que tres de sus obras se podrán ver hasta enero de 2015 en el Museo del Greco) sigue intacto en el mismo lugar de entonces, cercano al convento de Santa Isabel, en el casco histórico de Toledo.
Pues allí se pasaban horas y horas tanto María Dolores Guillén como su hermana Pilar Guillén, madre y tía respectivamente de Romero. «Ellas tenían muchísima relación con Cecilio, se pasaban en su estudio horas y horas», cuenta el autor de, entre otras muchas obras, la exposición sobre la duquesa de Alba que este verano ha lucido en Ibiza.
Y algo se le tuvo que pegar, porque…
El pasado y el presente. Ahí están los dos.