‘El Greco y la Pintura Moderna’ es una de las exposiciones más ambiciosas que ha acometido el Museo del Prado en los últimos años y en ella se mostrará «la importancia que el redescubrimiento de la figura del Greco tuvo para la pintura de los siglos XIX y XX», y la influencia del artista en una época de transformaciones radicales de la pintura.
Así lo indica en una entrevista con Efe el director de la pinacoteca madrileña, Miguel Zugaza. «Desde el primer momento -dice- nos propusimos que el Prado tenía que ser uno de los lugares importantes donde celebrar el IV Centenario de la muerte del artista y la idea fue combinar el esfuerzo con Toledo».
En esa ciudad castellanomanchega se ha organizado la primera gran exposición antológica del Greco, mientras que el Prado se ha reservado un aspecto «muy importante», la «idea de que, al mismo tiempo que la historiografía del arte empieza a recuperar y a investigar la figura del artista a finales del XIX y principios del XX, son los artistas también los que miran con una mirada nueva y moderna al Greco»
En opinión de Zugaza, se trata del artista retrospectivo que más influencia ha ejercido en el arte de vanguardia del XIX y del XX «y durante más tiempo».
La exposición arrancará con esa primera mirada «un poco intrigada» de los pintores franceses por El Greco, como en el caso de Manet o Cézanne, y terminará después de la guerra con Pollock, Bacon o Giacometti, artistas que seguían bebiendo de ese manantial de vanguardia».
El Prado posee la mejor colección del mundo del pintor cretense, en la que figuran obras como «La coronación de la Virgen», «La Resurrección de Cristo», «La Anunciación», «La Crucifixión», «Pentecostés» o «La Trinidad».
A destacadas pinturas de esta colección se unirán «unos préstamos maravillosos» que permitirán que el visitante pueda, por una parte, «contemplar una antológica esencial y magnífica, porque los grecos que vienen son extraordinarios», como es el caso de «La visión de San Juan» (1608-1614), del Metropolitan de Nueva York, o «Laocoonte» (1610-1614), de la Galería Nacional de Arte de Washington.
Si el visitante solo quiere ver «26 grecos maravillosos» podrá hacerlo, pero también tendrá la oportunidad «de indagar en el devenir del arte moderno desde esa mirada. A veces son citas literales y en otras ocasiones son artistas que llevan al Greco de alguna forma a su obra. Es un recorrido por el arte del XIX y el XX a través de esa mirada exacerbada y tan anticlásica del pintor cretense», explica Zugaza.
Así, las obras del Greco dialogarán con unas ochenta piezas de artistas contemporáneos, entre los que se encuentra también Picasso, Kokoschka, Beckmann, Orozco, Matta o Saura, en una de las grandes exposiciones del Prado que recuerda a los grandes proyectos que ha hecho la picanoteca en los últimos años y para el que ha contado con el patrocinio del BBVA.
Además de esta exposición, que abrirá sus puertas el 24 de junio, el Prado muestra en la actualidad «La Biblioteca del Greco», en la que se reconstruye las raíces teóricas y literarias del artista a partir de los libros que estuvieron en su poder.
A estas dos iniciativas se unirá la publicación del libro «El Greco pintor», en el que la conservadora emérita del Museo de Prado, Carmen Garrido, volcará su experiencia de muchos años como jefe del Gabinete de Documentación Técnica del museo.
«La obra está en proceso de edición y es una colaboración con la Fundación Greco 2014», comentó Miguel Zugaza, quien señaló que se trata de «un libro complejo» que les gustaría poder presentar durante este año.