El actor y director Carlos Iglesias volvió a la tierra de sus abuelos, a Quintanar (Toledo) donde sorprendió a quintanareños y quintanareñas. Iglesias visitó el instituto Infante don Fadrique donde proyecto su última película Ispansi (Españoles) ante un auditorio de 300 alumnos se dieron cita en el salón de actos del centro educativo donde al finalizar la proyección del largometraje se celebró una mesa redonda. Tras el acto, analizó con Encastillalamancha.es temas de actualidad y nos descubrió su lado más humano y personal.
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¿Que opinión le merece que los jóvenes españoles tengan que emigrar, como hicieron nuestros padres y abuelos, para buscarse un futuro mejor?
Es una sangría para un país que después de haberles formado, esa riqueza que genera se resuelva en otro país. A mí eso me parece tremendo. Sin embargo, si aquí aprietan las tuercas, pues habrá que buscarse las habas en otro lugar.
¿Qué le indujo a escribir «Un franco, 14 pesetas» o «Ispansi (Españoles)»?
«Un franco, 14 pesetas» tiene que ver con mi propia vida, con la vida de mis padres. La nostalgia de un país que nos acogió en su momento y que a mi se me quedó grabado de una forma muy intensa. «Ispansi (Españoles)» es otra cosa, es el recuerdo de otro hombre, de aquel que fue mi profesor en la escuela de arte dramático, que de alguna forma se asemejaba en algo a la añoranza que yo tenía de su hija y él por Rusia y ahí me causó un efecto que posiblemente a otro compañero mío no se lo causaría. Cuando me planteé hacer la segunda película, me pareció muy bien que la primera hablara de la emigración y la segunda del exilio. Son dos formas distintas de que este país nos haya pegado una patada en el culo y nos haya echado siempre de su lado.
¿Qué subvenciones tiene el cine español?
Las subvenciones que conseguimos, se consiguen a través del Ministerio de Cultura. Si llegas a un mínimo de taquilla, se refuerza con un dinero para procurar que las películas tengan una salida comercial, esas son las subvenciones. Las televisiones lo que te compran son los derechos de emisión y eso no son subvenciones, simplemente que compran los derechos.
Como actor ha interpretado papeles para el cine negro, drama, tanto cómico como musical, aventura, ¿en que género se siente más cómo?
Lo que más he trabajado es la comedia sobre todo en televisión. Digamos que a todos los cómicos nos encanta hacer llorar y a todos los que habitualmente trabajan la tragedia, les encantaría hacer reír. Siempre nos gusta hacer lo que no hacemos habitualmente. En principio, me siento cómodo en cualquier estilo.
¿Es necesaria una la ley de memoria histórica en nuestro país?
Creo que hemos alternado la Democracia con una Dictadura sin haber hecho una revisión de nuestra historia. Estoy de acuerdo en que las heridas no están curadas porque nadie se ha atrevido a echar alcohol en ellas. En cualquier momento se podrían infectar. Yo soy muy partidario de la política de Alemania, de repetir una y 1.000 veces lo que pasó y por qué pasó para que el país no vuelva a caer en lo mismo. Creo que además nos vendría muy bien, sería muy higiénico, no supondría un drama ni un rechazo del vecino, ni muchísimo menos, porque todo lo que ha ocurrido lo tenemos muy presente y sabemos como ha sido. Me parece muy higiénico cicatrizar como es debido las heridas de nuestra historia.
Cine, teatro o televisión, ¿qué prefiere?
El teatro me encanta, pero es muy ingrato de trabajar. A mí, que no me gusta la noche, me gusta trabajar cuando trabaja mi vecino, quiero decir, hacer una vida de oficina, volver a casa a una hora prudencial, tener vida con mis hijos, con mis amigos, poder tener un fin de semana libre… y eso en el teatro no se consigue. En el teatro se hace mucha vida de compañero, mucha vida nocturna, que a mi edad, la verdad, no me apetece hacer.
Y ante las críticas, que siempre las hay, no ha pensado para sus adentros aquello de ¡tierra trágame!
Si, muchas veces, y muchas veces también me he sentido más halagado de lo que yo creía que era justo halagar por el trabajo que había hecho. Hay muchísimas opiniones, tantas como personas. La misma película vista por cinco personas distintas son cinco ideas distintas de lo que han visto. Si yo cuento un chiste, hay gente que se ríe, gente que no se ríe en absoluto y gente que se ríe a la media hora.
¿Qué ha habido más, palmas o pitos?
Afortunadamente por ahora ha habido más palmas. Por ahora… pero también ha habido algún que otro pito.
¿Hay compañerismo en su profesión o suele haber muchos cuchillos en las espaldas?
La tarta es pequeña y somos muchos para comer de ella, entonces como en cualquier otro trabajo… Estamos todos intentando llegar, pero creo que hay más compañerismo que otra cosa.
¿Un actor? ¿Una actriz?
Fernando Fernán Gómez y… de las actrices tengo más duda, porque hay muchas que me gustan. Voy a decir una que además de ser muy graciosa, es mi compañera, Eloisa Vargas.
ARRIESGAR EL PATRIMONIO POR UN SUEÑO
¿Le impulsó a conseguir sus sueños en el séptimo arte?
Eloisa Vargas siempre me apoyó, incluso después de haber nacido nuestra primera hija. Pasamos un período muy malo, una sequía de paro de cuatro meses en la que no veías la salida por ningún lado y que dices: ¡Dios mío de mi vida! Sin embargo, ella siempre estuvo ahí. Me animó muchísimo cuando decidí dirigir mi primera película, me ha animado en todos los proyectos incluso cuando hemos arriesgado, como en esta segunda, nuestro propio patrimonio. Me parece que en ese sentido tengo una compañera excepcional.
¿Está en crisis el cine español?
Esta en crisis el cine mundial y, mucho más, el cine europeo. Hay una dependencia del mercado americano brutal y las distribuidoras americanas te pueden copar totalmente los cines nacionales que no tienes donde poder estrenar lo tuyo. Nosotros tenemos una dependencia como país muy grande de Estados Unidos
Internet, ¿es una ayuda o un problema para el cine?
Creo que por ahora es un problema, pero tiene que terminar siendo una ayuda. Realmente se ve mucho más cine que antes, lo que pasa es que se paga mucho menos por él. Hay una contradicción ahí, lo que tendríamos que conseguir es que se pagara posiblemente menos pero que, ese verse más, repercutiera también en el creador, porque si no, no tendría mucho sentido.
En el 2002, bajo la dirección de Manuel Gutiérrez Aragón, interpretó el papel de Sancho en la película «El caballero Don Quijote», ¿qué sintió si tenemos en cuenta su descendencia manchega?
Fue sorprendente porque fue un personaje que, aunque nunca he sido delgado, nunca pensé que me lo iban a dar. Manuel Gutiérrez quería que no fuera el gracioso gordito porque no quería desviar la atención del espectador hacia esa parte más cómica. Entré en la propuesta que me hacia el creador y el director de la película y el resultado me gustó mucho.
¿Está por escribir su guión perfecto? O ¿ya lo ha escrito?
No sé si algún día escribiré un guión perfecto. No creo que exista el guión perfecto, yo creo que los guiones son tan imperfectos como es la vida, lo cual a mí me parece maravilloso, porque si existiera un código para hacer un guión perfecto solo existiría una película en el mundo. Y todos haríamos lo mismo, sería aburridísimo.
¿Cuál es su película favorita o que le haya marcado?
Me marcó muchísimo películas como «Placido», con un guión de Azcona y dirigiendo por Berlanga, me pareció una película espléndida. «El Verdugo», «El cochecito», «El pisito»… Todas aquellas películas de nuestro neorrealismo son películas que no me canso nunca de ver.
DE QUINTANAR A SUIZA
Sus padres emigraron de Quintanar hasta Suiza, ¿qué diferencias hay de aquella inmigración de los españoles de los años 60 a nuestros días?
Creo que la diferencia es que nos íbamos sabiendo que volveríamos tarde o temprano. Sin embargo, la inmensa mayoría de los inmigrantes suelen venir para quedarse y, eso es, una muy notable diferencia. Otra muy peculiar es que tienen mucha más facilidad para aprender nuestro idioma de lo que nosotros teníamos para aprender el de ellos, también creo que es gente infinitamente más preparada que la que salía de España en los años 60.
¿Cuánots errores ha cometido Carlos Iglesias en la vida?
¡Joderrr macho! Haber venido lo primero a Quintanar de la Orden, ja, ja, ja… No, joder, infinidad de errores .
¿Siempre quiso ser actor?
Yo he querido ser actor incluso sin saberlo. La que se dio cuenta fue mi tía. Cuando yo era emigrante con mis padres en Suiza, mi tía estaba trabajando en Italia, tenia amigos en Chinechitá (unos grandes estudios de cine que hay en Roma), cuando venií a visitarnos a mí me veía «como soy hijo único»… Hacía de indio, de americano, me caía del caballo… hacía todos los papeles de un crío. Le oí comentarle a mi padre, «cuando tenga años, me lo llevo para Roma y lo meto en una escuela de teatro». Así que digamos que algunos se dieron cuenta antes que yo.
DE HISTORIAS DE MIEDO EN LA PLAYA A ACTOR
¿Cómo surgió lo de ser actor?
Era diseñador publicitario y un verano estábamos sentados en la playa en Guardamar del Segura por la noche. A mí se me ocurrió contar una historia de una película de terror que había visto, gustó tanto que a la noche siguiente me pidieron una segunda historia y, efectivamente, como había visto dos películas de terror, pues las conté las dos, pero la tercera noche ya no tenía película que contar y me la inventé. Al séptimo invento, la madre de una amiga se acercó y me dijo: Carlos, esto es mentira, tú no has visto la película ¿verdad?. Le dije que no, pero es que ya no me quedaban películas. A lo que me respondió: Llámame cuando estemos en Madrid, que te voy a meter en la Escuela de Arte Dramático y fue ella la que me arregló los papeles para hacer la prueba de ingreso.
¿Su familia le apoyo?
Mi madre sí. Mi madre, la manchega, era más valiente que mi padre. Mi padre era muy cobardón para los oficios. Mi padre me decía que tenía que buscarme un oficio con salario fijo, un banco o algo similar, pero que como iba a ser actor si no venía de familia de actores. Era la mentalidad de aquella época, le daba mucho miedo. Después, cuando ya era un anciano y veía que su hijo triunfaba en el teatro, en televisión o cine, además del homenaje que le hice con la película «Un franco, 14 pesetas» me dijo: «Menos mal que no me has hecho ni puto caso, hijo. Menos mal, porque ahora serías un mecánico fresador y no habrías tenido estas satisfacciones que te da la vida.
¿Cuáles son las condiciones básicas para una buena interpretación?
No sé, creo que cada uno tiene su herramienta no. La mejor herramienta que no se puede aprender es la intuición, el saber cual es la medida de las cosas, el saber que si dices una palabra más te estas pasando y, si dices una menos, no estás llegando. Esa medida es muy rica y muy importante para un actor.
¿Cuál sería su papel favorito a protagonizar?
Con el cuerpo que me ha dado Dios, pues ¡Superman! No tengo tampoco ningún ideal.
¿Como definiría con palabras a un buen actor?
No creo que se pueda definir, porque como todo arte lo que percibe el espectador es distinto según cada persona. Todas las sensaciones las pasamos a través de nuestro propio filtro, porque si vemos los dos un mismo cuadro, cada uno lo vemos de una forma, para mi una interpretación de un determinado actor puede ser una interpretación maravillosa y para ti una cagada o aburridísima. Depende de muchos factores culturales, no creo que exista el actor ideal.
Si no fuese actor ¿a qué se hubiera dedicado?
Pues, director de arte, los que ambientan las películas de época. Esos sí que me parece un oficio maravilloso.
LO QUE NO SOPORTA…
¿Qué le saca de sus casillas?
Mi hija, cuando me chilla.
¿Qué no soporta?
En general soy bastante templado, aunque tengo obviamente mi carácter. Creo que como la inmensa mayoría, la mentira, la traición, la traición de un amigo, que me abandonaran las novias… No lo entendía.
¿El político es mentiroso?
Creo que parte de su trabajo consiste en saber mentir bien, en ese sentido también es un poco actor.
¿Es presumido?
Todo el mundo que se sube a un escenario tiene que ser un pelín presumido.
¿A quién no le concedería una entrevista?
Te iba decir a Hitler o Franco o algún personaje de estos, pero sería tan curioso que me hiciera una entrevista Franco, que creo que se la concedería, aunque solo fuera para hablar con él y saber por qué era así.
¿Está de acuerdo con la pena de muerte?
No, en absoluto.
Sin trabajo ni prestación, ¿qué estaría dispuesto a hacer para comer?
Que no nos pongan a prueba porque es increíble la crueldad humana si es necesario.
¿Prohibiría la prostitución?
Creo que la prostitución no se puede prohibir, a mí me parecería que lo ideal sería que hubiera un mundo tan justo donde la mujer no se tuviera que prostituir para ganarse la vida.
«ME ATRAE MUCHO FELIPE II»
¿Qué personaje histórico le gustaría ser?
Siempre me ha causado mucho efecto Felipe II, me atrae mucho.
¿Qué libro está leyendo ahora?
Estoy releyendo «Opiniones de un payaso», el título ya es muy sugerente.
¿Una trastada por la que siempre le recuerden?
Una que me hicieron a mí y que me causó mucho efecto. Estaba en una obra de teatro, era una obra de Valle Inclán y la resolución llegaba a través de una carta que yo sacaba en escena, en un prostíbulo, era una carta muy larga escrita en un papel a máquina y miraba unas tres o cuatro veces a lo largo de la obra en mi bolsillo interior para confirmar que la tenía. Un compañero me la hojita sin avisarme y, con el teatro lleno, el alcalde de Madrid… Llegué yo al burdel y digo aquí traigo la carta de tal y tal… Todo el teatro mirando, las prostitutas que eran compañeras y sabían que tenía que sacar la carta y la carta no aparecía. Estaban muertas de miedo, más que yo todavía y, entonces, salí por peteneras y dije: «Bueno, va… que no la he traído, pero resumiendo…» Como la gente no se sabía la obra de memoria, coló.
El fútbol se ha convertido en algo tan mediático, ¿tapa el fútbol las miserias de la sociedad?
No sé si las llega a tapar, desde luego las esconde un poquito y a mí que no me gusta el fútbol, pues puedo ser muy frío y muy distante con el tema del fútbol. Me parece tremendo que haya tanta expectación en ver como unos señores meten una pelota en una red, pero entiendo que también es cierto que cuando he visto un partido internacional como la final de la copa del mundo, pues me pongo de los nervios como te puedes imaginar, como todo hijo de vecino. Sin embargo, un partido convencional, no me dice nada.
El juego del parchís ¿es cosa de hombres? Se lo digo porque ya sabe aquello de se comen una y se cuentan veinte
Ja, ja, ja… Sí, sí, debe ser cosa de hombres…
¿EL LUGAR MÁS RARO DONDE HE PRACTICADO SEXO? EN UN TELESILLA
¿El sitio más raro donde ha practicado sexo?
El sitio más raro con mucho un telesilla, subiendo a una pista de esquí en Suiza. Además llegó un momento en que estábamos paralelos a la ladera de la montaña y yo estoy por jurar que nos vieron unos esquiadores.
En gastronomía, ¿qué es lo que realmente le pierde?
Un par de huevos con patatas fritas.
¿Un lugar para perderse?
Suiza.
¿A qué dedica el tiempo libre?
Pues, antes era con mis chavales, pero ahora mucho tiempo con mi perra, tengo una cachorra de labrador y dedico mucho tiempo a pasear con ella.
¿Con qué música se queda?
Creo que la de Serrat, todavía.