El Museo del Ejército de Toledo ha presentado hoy la casaca original del héroe del 2 de mayo de 1808 Luis Daoíz y las presuntas prendas del otro héroe de la resistencia a la invasión francesa, el también capitán Pedro Velarde, en un proyecto investigador y restaurador que ha durado casi un año.
Así lo ha descrito el coordinador del proyecto, el coronel José Fernández del Barrio, que ha relatado en la presentación de los «Fondos inéditos de los héroes del 2 de mayo», los capitanes Daoíz y Velarde, el complejo y laborioso proceso que ha determinado la autenticidad de la casaca de Daoíz en el momento de su muerte y las prendas -calzón, sarga bicolor y cordón- de Velarde.
Un proceso que se ha alargado casi un año, desde que llegaron los fondos y tras una ardua tarea investigadora que han completado Luis Sorando, quizá el mayor experto nacional en uniformología militar, y un equipo forense de la Universidad Complutense de Madrid que ha dirigido Juan Carlos Sánchez, y tras la restauración de las prendas que ha comandado Mercedes Amézaga, en largos cuatro meses y medio.
La gran conclusión, ha explicado Fernández del Barrio, tras la autentificación, que ha incluido tres proyectos, con el apoyo entre otros del Museo del Traje o el Instituto de Historia y Cultura Militar (IHCM), y se ha completado con la restauración, es que la casaca de Daoíz con la murió el 2 de mayo de 1808, de dos bayonetazos de un enemigo, «es la auténtica».
El otro descubrimiento después de todos los estudios practicados, análisis de ADN (Universidad de Granada), estudios forenses (Universidad Complutense) y uniformológicos (el experto Luis Sorando), es que Daoíz recibió las dos heridas, que acabaron por ser mortales, de pié, pues como ha explicado el forense Juan Carlos Sánchez «la sangre cae en vertical hacia abajo» por las dos heridas «por arma blanca», en la zona superior izquierda y el hipocondrio.
La causa final de la muerte del capitán Daoíz, que se produce horas después de recibir los bayonetazos en su casa, adonde fue trasladado por unos ciudadanos, fue por desangrarse.
Sobre Pedro Velarde, por un disparo en el corazón que recibió por la espalda, lo único que está certificado es que fue desnudado por sus propios verdugos y quedó tendido sobre el suelo, porque luego ya se barajan hipótesis sobre que fuera amortajado por un hábito, o también sudario, de San Francisco, que no está probado.
El caso es que en los fondos, que desde mañana mismo quedarán expuestos al público en una sala del Museo dedicada a la Guerra de la Independencia, se podrán ver un calzón, que Fernández del Barrio ha calificado «popular y viejo», una sarga bicolor y un cordón, pero que en ningún caso ha quedado ratificado que correspondan a Velarde.
En el proceso completo de investigación y restauración se han invertido 16.000 euros, ha explicado el general director del Museo del Ejército, Juan Valentín-Gamazo, de los que 7.000 euros se han destinado a la autentificación de la casaca del capitán Daoíz.
Precisamente, en el estudio histórico, y como fechas claves en la reconstrucción, el coronel Fernández del Barrio ha reseñado el entierro de Daoíz y Velarde, el 3 de mayo en la iglesia de San Martín, que se hunde en 1811 y, por ello, sus restos se trasladan a una cripta, y el 30 de abril de 1814 se exhuman y se separan los restos óseos de los sudarios.
En 1838 los restos se meten en dos urnas de cristal y se exhiben en el Museo de Artillería (Palacio de Buenavista), que en 1851 se trasladan al Casón del Buen Retiro y se prohíbe abrir las cajas de caoba en la que están las dos urnas. En 2009 se depositan en el Alcázar de Segovia, en 2013 se abren las urnas y, por último, el año pasado se aprueban los proyectos investigador y restaurador.