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viernes, 22 de noviembre de 2024
Cántigas de Santa María (Códice de Toledo). Foto: Rebeca Arango.
El repaso a la vida y obra de un rey sin igual (5) - 28 mayo 2022 - Toledo

Con esta expresión designamos el ámbito de trabajo asociado a la corte y organizado para el desarrollo del proyecto cultural regio. Articulado por talleres especializados que trabajaron en diferentes áreas de conocimiento (historia, ciencia, literatura, hagiografía y legislación), su labor estuvo estrechamente vinculada al proyecto político de Alfonso X.

En esta estructura, el monarca desempeñó un papel protagonista como promotor y coordinador -y en ocasiones, autor- de sus obras. Los integrantes del ‘scriptorium’ alfonsí procedían de diferentes territorios y tradiciones culturales. Supieron combinar y adaptar fuentes latinas, romances, árabes y hebreas con elementos de creación propia, dando lugar a un corpus excepcional por su extensión, su variedad temática, sus novedades y su materialidad.


Estos equipos trabajaron de manera coordinada con artífices del mundo del libro (copistas e iluminadores), constituyendo una estructura estable al servicio de los intereses de la corona. Los miembros del ‘scriptorium’ regio también desempeñaron otras funciones: notarios, escribanos y médicos, fueran laicos o clérigos. Se encontraban allá donde estuviera la corte, aunque es probable que algunos trabajos se realizaran específicamente en las ciudades de Toledo y Sevilla.

Rex Magister: la lengua y la educación

El rey optó por emplear el castellano como lengua de la cancillería regia y de cualquier otro tratado -de derecho, historia o ciencia– patrocinado por él, mientras que prefirió el gallego como lengua de la poesía. Tal selección lingüística fue determinante en el proceso de capacitación del castellano y del gallego como lenguas de la cultura escrita, algo que a la vez revela una voluntad política de afirmar el ámbito de su poder regio, por contraste con el latín (la lengua de la Iglesia) o del árabe (la lengua del Islam).

No obstante, el latín era la lengua de la educación universitaria y Alfonso X otorgó estatutos y rentas al Estudio general de Salamanca para consolidar su continuidad. Además, se apoyó en los traductores judíos de Toledo y fundó nuevos estudios generales en Sevilla y en Murcia con el propósito de mejorar el conocimiento del árabe y de los textos escritos en esa lengua.

Devoción mariana

La máxima expresión de la devoción que Alfonso X manifestó hacia la Virgen María quedó plasmada en las Cantigas que mandó componer en su honor. A lo largo de su reinado fueron aumentando gradualmente el número de estas composiciones, lo que indica que su devoción personal también fue en aumento.

El rey se presenta en ellas como trovador de Santa María, alabando sus atributos y virtudes. Su devoción mariana también se manifestó en el hecho de cambiar la denominación de Alcanate, enclave que había conquistado, por la de Santa María del Puerto, y en bautizar la efímera orden militar que creó con el nombre de Santa María de España. Las tres grandes catedrales góticas que comenzaron a construirse en el siglo XIII -Burgos, Toledo y León- están consagradas a la Virgen María.

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