La primera gran exposición organizada con motivo de la conmemoración del cuarto centenario de la muerte del Greco, que ha abierto sus puertas, muestra la imagen que 14 fotógrafos internacionales han plasmado con sus objetivos del Toledo actual.
«ToledoContemporánea», que estará abierta hasta el 14 de junio en el centro cultural San Marcos, está compuesta por 65 imágenes en la que no sólo se refleja la ciudad real, sino también su lado más turístico, recreaciones con personas de hoy en día los principales cuadros del pintor cretense e incluso invenciones sobre cómo podría ser la ciudad, declarada Patrimonio de la Humanidad, con elementos arquitectónicos contemporáneos en el Casco Histórico.
Esta ha sido la idea con la que ha trabajado Dionisio González, que, en declaraciones a Efe, ha explicado que a través de dos creaciones ha pretendido reflejar «la injerencia de arquitecturas contemporáneas sobre la ciudad patrimonial».
Este ejercicio, en un principio lo inició como «provocación y por explicar que toda conducta histórica debe contemplar una escala histórica-métrica en todas sus arquitecturas».
«El Toledo patrimonial es una ciudad que es un supercentro, una ciudad cercada, una ciudad museo, una ciudad tematizada y, por tanto corre el peligro de convertirse en un simulacro, con todos esos significados prefabricados», ha reflexionado González.
Otro de los fotógrafos participantes en esta muestra colectiva, José Manuel Ballester, ha apostado por plasmar la relación del Greco con Toledo, al tratarse de «un caso muy particular dentro de la historia del arte, al darse una relación tan estrecha y tan fructífera».
En sus obras, Ballester ha adoptado el esquema compositivo del pintor cretense, con una parte inferior que refleja lo más terrenal, la parte intermedia de transición, y lo intangible y lo ha llevado al contexto actual, a través de una imagen de la Catedral en la que ha utilizado el suelo como la parte material y la parte desenfocada y perdida para la parte superior.
Además, hay algunas series de fotografías repletas de personas, gestos y miradas, como las de la francesa Flore-äel Surun; otras que reflejan el Toledo turístico -las de Marcos López-; algunas inspiradas en los retratos del Greco -las de la iraní Shirin Neshat-, o que se han centrado en la arquitectura y la escultura, como las del suizo Matthieu Gafsou.
La japonesa Rinko Kawauchi se refugió en el agua, el Tajo que baña Toledo; el italiano Massimo Vitali se empapó del Corpus y las muchas tradiciones que aglutina, y el brasileño Vik Muniz ha recreado el cuadro «Vista de Toledo» del Greco, que está en el Metropolitan Museum de Nueva York, mediante un collage.
El estadounidense David Maisel tomó sus fotografías desde un helicóptero, con la puerta abierta, y el cubano Abelardo Morell muestra unas imágenes que sugieren un Toledo real e inventado a la vez.
El altar mayor de San Marcos proyecta, además, un vídeo de la artista israelí Michal Rovner, en el que miles de personas caminan sin destino aparente.