Hace años vino a Toledo y quedó maravillado por unas calles y plazas que parecen contar secretos y rememorar sus conocidas leyendas. Fue ese ambiente enigmático y misterioso lo que atrapó al escritor Eloy Moreno y lo que le llevó a hacer de la capital regional escenario de su segunda novela, «Lo que encontré bajo el sofá», de la editorial Espasa, un libro que sigue la línea intimista de su primera y exitosa publicación «El bolígrafo de gel verde».
Recientemente ha estado en Toledo para presentar en la Biblioteca de Castilla-La Mancha esta última obra y -de la mano de Rutas de Toledo– participar, junto a las numerosas personas inscritas, en un recorrido por el Casco Histórico inspirado en el libro.
Eloy Moreno ha explicado a encastillalamancha.es que en «Lo que encontré bajo el sofá» relata, alrededor de una historia central, retazos de otras tantas en las que los personajes descubren sus secretos más íntimos. «Es como si quitásemos los tejados de las casas y viésemos las cosas que la gente no se atreve a contar fuera».
Añade que «me gusta escribir sobre la realidad, que es fuente inagotable; también hablar de los personajes y los sentimientos». No en vano, señala que lo plasmado son historias reales en boca de personajes ficticios: «hablé con personas muy diferentes; a algunas las conocía pero a otras muchas no; sorprendentemente me contaron sus secretos, hasta sus infidelidades, y de ahí saqué los relatos». Ha conseguido así que la gente se sienta identificada con lo que lee.
Y en ese reflejar la realidad, no ha dejado a un lado la indignación y la frustración que se vive en la sociedad actual. Así, critica no solo el sistema o los políticos sino también la falta, precisamente, de autocrítica que debería haber en cada individuo. «Son historias que hay que darlas a conocer», afirma.
Acaba de salir a la venta pero «Lo que encontré bajo el sofá» ya va por la segunda edición. Es más, Eloy Moreno ha recibido la que para él es la mejor crítica: «me dicen que es mejor que la primera». Muchas felicitaciones le llegan de Toledo, primero por lo que está gustando pero también por lo bien que refleja el ambiente de la ciudad. Para lograrlo, y después de su primera visita en la que se perdió por el Casco buscando su hotel, «vine otras muchas veces y me he documentado muy bien».
Este castellonense terminó en 2009 la que era su primera novela, «El bolígrafo de gel verde», una obra que autoeditó él mismo. El éxito que consiguió en internet y las redes sociales fue tal que Espasa la publicó en enero de 2011. A partir de ahí fueron 13 ediciones publicadas más una más de bolsillo y más de 100.000 ejemplares vendidos. Incluso se ha traducido al italiano, catalán, holandés, serbio y taiwanés. Estuvo durante varios meses entre las 10 novelas más vendidas de España.