El académico Fernando Marías ha expresado sus reservas respecto al proyecto de trasladar los fondos del Museo del Greco al de Santa Cruz, pues cree que se reduciría el número de personas que van a contemplar la obra de El Greco en Toledo.
En una entrevista con Efe en esta ciudad, donde esta semana ha impartido una conferencia sobre las iconografías del Greco, Fernando Marías -uno de los mayores expertos mundiales en la figura del pintor griego- ha defendido «el tirón social que tiene para el imaginario colectivo» vincular la obra de este maestro con la casa donde vivió.
Y, en este punto, ha recalcado que, aunque se ha demostrado que Domenikos Theotokopoulos no vivió en las instalaciones del museo que lleva su nombre, la figura de la Casa-Museo del Greco (como se ha denominado hasta su reapertura en marzo de 2011) ha funcionado para atraer visitantes y, «probablemente, sin esa casa, el éxito del Greco en Toledo no hubiera sido igual».
Ha dicho que esto sucede también en otras ciudades europeas como Amsterdam, «donde la casa de Rembrandt no es tal», y en Amberes donde la Casa Rubens «tiene muy poco que ver con la verdadera».
Dicho esto, Marías ha asegurado que «muchas veces, las grandes masas de público necesitan algunos elementos más que no sean únicamente los lienzos», por lo que, visto desde esta perspectiva, «debería mantenerse tal y como está, pues lo importante es que El Greco se siga viendo».
Marías ha llamado también la atención sobre el hecho de que el Museo de Santa Cruz reúne ya lienzos muy importantes del Greco, pese a lo que «no ha tenido suficiente respuesta como para equilibrar los números que tiene el Museo del Greco», visitado en 2012 por casi 175.000 personas.
A juicio del también catedrático de Historia del Arte, a esto contribuye también la cercanía de la Parroquia de Santo Tomé, donde se exhibe uno de los cuadros más admirados del Greco, «El Entierro del Conde Orgaz«, y el hecho de situarse en el eje turístico de otra serie de monumentos como el Monasterio de San Juan de los Reyes, las sinagogas de Santa María la Blanca y del Tránsito, que absorben el 50 % del tiempo de un visitante a Toledo.
Marías se ha mostrado reacio también a la pretensión de reunir en un sólo museo toda la obra del Greco, pues ésta no se encuentra solo en el museo que lleva su nombre y en Santa Cruz, sino en otros monumentos y espacios privados, como la Catedral Primada, la Parroquia de Santo Tomé, la Capilla de San José, el Convento de Santo Domingo el antiguo o el Palacio de Tavera.
Y en este contexto ha llamado la atención sobre el hecho de que la Iglesia, propietaria de la mayoría de los «grecos» que se exhiben en el Santa Cruz, se está planteando renegociar la cesión los lienzos cedidos para que puedan volver a la Catedral, una vez que su Sacristía está siendo renovada para convertirse en un espacio Greco, de cara al cuarto centenario de la muerte del pintor.
Esto iría en contra de la unidad que se pretende con la idea de hacer del Santa Cruz un museo nacional del Greco, ha reflexionado Marías, quien ha opinado que el Museo del Greco «ha tenido su razón de ser y todavía la tiene».
Esta opinión contrasta con la expresada también a Efe por el catedrático de Lengua y Literatura Española y escritor toledano Antonio Illán, quien considera «obsoletas» y pequeñas las salas del Museo del Greco, que reabrió sus puertas al público coincidiendo con su cien aniversario, en marzo de 2001, tras casi 5 años de obras y una inversión de más de 6 millones de euros.
«Toledo necesita tener un gran icono cultural sobre El Greco que llame la atención por sí mismo», ha opinado Illán, para quien en las salas del actual Museo del Greco «pueden entrar una quincena de personas y el resto tienen que esperar».
A juicio de Illán, «para que El Greco tenga identidad por sí mismo y no ser solamente un elemento del que viene a ver Toledo, necesita un icono grande, un continente acorde al contenido».
Y, en este sentido, ha afirmado que «ojalá pudiéramos tener en Toledo un museo como el Van Gogh de Amsterdam», ciudad a la que muchos visitantes viajan sólo para contemplar la obra del pintor holandés.
Sin embargo, para el historiador del arte y portavoz de la Plataforma en defensa del Museo del Greco, Antonio Casado, el tamaño de este museo es un argumento irrelevante para justificar el traslado de sus fondos a otro espacio, pues «también es pequeño el Museo Sorolla de Madrid y ello no le resta ni un ápice de valor», ha aseverado.
Sobre el tamaño del único museo español dedicado al Greco también se ha pronunciado su ex directora durante dos décadas, Consolación Pastor, quien ha reprochado al Ministerio de Cultura el no haberse implicado más en su ampliación.
Según Pastor, la parcela de 600 metros cuadrados adquirida para la ampliación prevista sería «un espacio ideal» para crear un taller de restauración, una biblioteca bien acondicionada y un salón de actos, elementos que echan en falta los detractores del museo en su ubicación actual.