Ni el frío, ni el viento, ni la lluvia que inundó el albero de la plaza de toros de Toledo pudieron en la noche del viernes con el «rey de la bachata», Romeo Santos, que en el inicio de su gira europea contagió de calor y pasión a un público igual de rendido al son de su música que calado hasta los huesos.
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Romeo se hizo esperar más de media hora pero, en cuanto su alta figura apareció con sus inconfundibles gafas de sol negras, los decibelios subieron y los pies de las 8.500 personas que abarrotaban el espectáculo ya no pararon de bailar durante las dos horas y media que duró.
«Inocente» fue la primera de las bachatas con las que el cantante -de padre dominicano y madre puertorriqueña- se metió al público en el bolsillo, enlazó con «Amigo» y animó al público al grito de «que la lluvia no pare esta fiesta».
Y seguía diluviando, y los ponchos, chubasqueros y paraguas ya no soportaban más agua, pero la romántica voz del músico, considerado el artista más importante de 2014 por la revista «Billboard», seguía desgranando su disco «Formula Vol.2».
No olvidó éxitos del Vol.1 como «Loco», «Promise», «Soberbio», «Llévame contigo» y «La diabla», que hicieron las delicias de los asistentes de las más variadas nacionalidades que llenaban el coso toledano.
«La lluvia es una bendición de Dios» y hoy es «una noche de bachata, pasión y delirio», decía Romeo a sus seguidores dominicanos, ecuatorianos, colombianos… y españoles de toda la geografía.
«Hago un brindis por los mejores fanáticos del mundo, ustedes los romeístas», exclamó Romeo, seguido tanto por fans femeninos como masculinos.
Prueba de ello es que, en esta ocasión, cambió su tradicional costumbre de subir al escenario a una mujer por buscar entre el público a un «chico romeísta aventurero 100 por 100» que se supiera todo su repertorio, incluidas las canciones de su anterior etapa en el grupo Aventura, que se disolvió en 2011.
A la tercera fue la vencida y David, un joven español al que solo le falló el móvil para fotografiarse con su ídolo, fue el afortunado; tras demostrar que conocía al dedillo varios de los temas de Aventura, cantó a dúo con Romeo «Ella y yo».
El público también fue agraciado en ese momento de la noche porque fue el único de todo el concierto en el que el aguacero dio un respiro.
En su tercera visita a España, vestido con una americana blanca, vaquero negro y deportivas, que luego cambió por camiseta dorada y pantalón blanco, Romeo dejó claro quién ocupa el trono de la bachata, por qué es disco de oro en España y por qué están agotadas todas las entradas de su gira europea.
«Eres mía», cuyo vídeo suma 188 millones de visitas en internet, no faltó esta noche al igual que «Hilito» o «Cancioncitas de amor», temas con los que el público bailaba pisando el barrizal en el que se convirtió el ruedo.
Después de ensalzar la figura femenina y pedir a los hombres que piensen «primero, segundo y después en ellas», el artista hizo levantar las manos a sus incondicionales, que ondeaban banderas dominicanas y de otros países latinos mientras escuchaban «La boda».
En la recta final de su concierto llegó el éxito que lanzó al grupo Aventura a la fama internacional, «Obsesión», que corearon miles de gargantas cuando se cumplían más de dos horas de concierto.
«Siéntanse siempre orgullosos de ser latinos», pidió el cantante neoyorquino, que al grito de «viva esta noche, viva España», desapareció del escenario tras dar las gracias a sus fieles seguidores.
La lluvia arreciaba de nuevo pero faltaba el tema que todos querían escuchar -«Propuesta indecente»-, este fue el único bis con el que el rey de la bachata se despidió de Toledo.
Sobre una cama de cabecero dorado y sábanas rojas y junto a una mujer, Romeo Santos hizo gozar una última vez a su público, que vio cómo se iluminaba el cielo toledano para finalizar el concierto con fuegos artificiales.