Un equipo de científicos del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), ha desarrollado una nueva hipótesis sobre el origen de la osteoporosis a partir de observaciones de cuernas de ciervos. A falta de ser confirmada por la comunidad científica, esta nueva teoría ha sido recogida en un estudio publicado este mes en la revista Frontiers of Bioscience, en el que se trabaja sobre la idea de que la pérdida de manganeso en los huesos podría favorecer que el calcio no se fije bien a ellos, estableciendo este proceso como posible causa del origen de esta enfermedad ósea.
El estudio publicado en el último número de la revista científica, lleva por nombre «Alternative hypothesis for the origin of osteoporosis: The role of Mn«, y ha sido realizado por los investigadores de la UCLM, Tomás Landete, José Antonio Estévez, Francisco Ceacero, Andrés José García y Laureano Gallego, en colaboración con Inmaculada Molina-Quilez y Águeda Cuesta del Hospital de Hellín.
A partir de estudios con cuernas del ciervo, los investigadores del IREC plantean que la carencia de calcio podría no ser el origen de la osteoporosis, sino la falta de algún otro mineral esencial para que este se fije, centrando sus investigaciones en el caso concreto del manganeso, según ha explicado Tomás Landete, «estudios previos sobre cuerna demostraron que el manganeso sirve para fijar el calcio, y nuestra hipótesis es que cuando el cuerpo humano absorbe menos manganeso o se envía desde el esqueleto hacia otros órganos que lo necesiten, como el cerebro, ocurre que el calcio que se extrae al mismo tiempo ya no se vuelve a fijar bien y se elimina por la orina, de esta forma puede sobrevenir lentamente la osteoporosis», señala el vicedirector del IREC .
En el estudio se explica que la nueva propuesta partió del aumento espectacular de rupturas de cuernas que se produjo en España en 2005. Tras analizar el fenómeno, comprobaron que la fragilidad se produjo por una reducción del manganeso debido a la alimentación, «aquel año se produjo un frío intenso, lo que provocó que las plantas redujeran sus concentraciones de manganeso como respuesta al estrés», apunta Landete.
«Las cuernas crecen transfiriendo el 20 por 100 del calcio del esqueleto hacia esta estructura, y entonces vimos que no fue la deficiencia de ese elemento la que produjo el debilitamiento, sino del manganeso», ha agregado Landete, para quien al faltar este mineral «era como si faltara el pegamento que fija el calcio de los huesos en la cuerna».
La teoría tiene que ser ahora confirmada con más estudios y ensayos médicos: «se trata de un giro en una dirección distinta a las aceptadas hasta ahora, al considerar la pérdida de calcio como la consecuencia y no como el origen de la enfermedad», ha agregado.
El estudio de este grupo de investigación también apunta en otras direcciones, al considerar que cuando se agota este mineral esencial después de iniciarse la enfermedad ósea, podría dar paso a otras enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o la demencia senil.
En el caso del ser humano, los investigadores señalan que el manganeso se extrae del hueso cuando lo requieren órganos «más importantes», como el cerebro. «Mantener los huesos es importante, pero lo es más sostener el funcionamiento del cerebro, que en reposo consume el 25 por 100 de la energía que tomamos», comenta el investigador.
Para afianzar su teoría, analizaron los datos de 113 pacientes operados de osteoporosis y osteoartritis (desgaste del cartílago) en el Hospital de Hellín (Albacete) entre 2008 y 2009: «después de este estudio comprobamos que un 40 por 100 de los operados por osteoporosis presentaba algún tipo de disfunción cerebral, mientras que esto no sucedía en ninguno de los 68 pacientes operados por osteoartritis», ha subrayado Landete. Además, al analizar estos datos publicados sobre composición mineral de varios órganos en ratas con alzheimer, descubrieron que al avanzar esta enfermedad se reducía el manganeso de los huesos, pero no de otros órganos. «Es como si ese manganeso de los huesos estuviera siendo utilizado por el animal para reducir el avance de la enfermedad» comenta Landete.
El estudio viene a concluir en que el agotamiento de las reservas de manganeso podría estar detrás tanto de la enfermedad ósea como de la degeneración cerebral, aunque Tomás Landete ha aclarado que, «esta hipótesis no es la solución final a estas enfermedades, sino solo un primer paso en una nueva dirección».