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Obra del Divino Morales 12/10/2015junio 7th, 2017

La primera sala de la exposición sobre el ‘Divino Morales’ que el Museo del Prado muestra hasta enero exhibe una bellísima ‘Piedad’ del pintor extremeño, una joya que, además, encierra una interesante historia en la que se mezclan Méjico, Polán (Toledo), un hermoso marco de plata desaparecido y unos milagros.

«Es una joya absoluta, una obra vinculada a Polán desde hace mucho tiempo que, además, tiene una historia muy interesante», ha explicado a Efe Leticia Ruiz, comisaria de la exposición ‘El Divino’ que está abierta en el Prado desde el 1 de octubre.


La ‘Piedad’ de Polán incluye la siguiente inscripción en su parte posterior: «este tablero de la soberana imagen de Nuestra Señora de la Piedad es original de mano del Divino Morales, pintor famoso del católico rey de España don Felipe II por los años de 1586, de devoción de don Vicente Díaz de Burgos, esclavo de Nuestra Señora».

Vicente Díaz de Burgos nació en Polán en septiembre de 1712 y envió la tabla de Luis Morales a su pueblo natal desde Méjico con un fabuloso marco de plata que un siglo más tarde desapareció, probablemente en la Guerra de la Independencia.

Lo cierto es que posteriormente se colocó una moldura procedente de los Talleres Reales porque -según una costumbre que se remontaba dos siglos atrás- muchos servidores de la Corona procedían de Polán «y cuando se expolia el marco de plata, alguien se preocupó de encontrar esta moldura estupenda en el Palacio Real», ha agregado la comisaria.

El periplo de esta ‘Piedad’ no terminó ahí, según ha dicho a Efe el párroco de la iglesia de San Pedro y San Pablo de Polán, Manuel Gómez, quien ha precisado que Vicente Díaz de Burgos era capitán de marina que había adquirido el cuadro en Extremadura y lo llevaba «a modo de protección» en su viaje a América.

Según consta en los archivos de la parroquia, Díaz de Burgos envió la pintura desde Méjico en 1768 pero a Polán no llegó hasta cuatro años más tarde, el 13 de octubre de 1772.

Y continúa la historia de esta ‘Piedad’: medio siglo más tarde, a raíz de unos supuestos hechos milagrosos de los que se hablaba en la comarca, el cuadro fue trasladado a una capilla del Arzobispado, en Toledo, donde estuvo desde julio de 1834 hasta el mismo mes de 1877.

La ‘Piedad’ regresó a Polán pero aún vivió otro periplo después de la Guerra Civil, hasta que la familia Alonso la recuperó y la devolvió a la parroquia, donde finalmente reposa.

Según el párroco de San Pedro y San Pablo, con motivo de la exposición en el Museo del Prado les han sugerido que cuando el cuadro vuelva al pueblo se coloque a menos altura, para que pueda verse mejor. Así lo harán.

La comisaria de la exposición apunta, por su parte, que la trayectoria del cuadro cruzando el Atlántico y media Península hasta Polán también indica que su autor «ya había tenido una repercusión aún más grande de la que pensábamos».

Este hermoso cuadro ha influido en buena medida en el montaje de la exposición del Museo del Prado y, de hecho, el color de la pared de la sala en la que se muestra se ha elegido en base al vestido de la Virgen María en esta ‘Piedad’.

La Virgen viste una túnica azul y en la manga aparece un color berenjena que se ha adoptado como tono general de la sala. «Esto ya es parte de la vida interna del Museo», matiza con una sonrisa Leticia Ruiz.

La comisaria subraya que «estamos encantados» de exponer en el Prado una pieza única que, además, tiene una inscripción que aporta información interesante añadida, y anima a los vecinos de Polán y, en general, de la provincia de Toledo a visitar la exposición y admirar en ella la pintura que habitualmente está en la parroquia de San Pedro y San Pablo.

El viaje a Madrid de los vecinos de Polán no se va a hacer esperar. Ya está organizado: será el sábado 24 e irán más de cien personas en dos autobuses.

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