Cuando hoy en día los cine clubes tienden a desaparecer, hay uno que ha visto pasar ya 43 años y que sigue gozando de gran salud. Es el Cine Club Chaplin de Cuenca, el más antiguo de Castilla-La Mancha y uno de los más veteranos también a nivel nacional.
Sus orígenes se remontan a octubre de 1971 cuando un grupo de jóvenes plantearon la conveniencia de llevar a la ciudad otro tipo de películas diferentes a las que ofrecían las salas comerciales. Entonces las sesiones se hacían en la Casa de la Cultura, un edificio con cabina pero que no tenía máquina de proyección, la cual fue adquirida para la ocasión.
El presidente del Cine Club Chaplin, José Luis Muñoz, -que lo es desde 1986 y lo fue también en los primeros años- recuerda la primera película que pudieron ver los socios: «Peppermint frappé», de Carlos Saura, «de las pocas películas rodadas en Cuenca».
La historia de este cine club se cuenta a través de las cerca de 1.500 películas que ha mostrado; las numerosas actividades en las que ha participado y de las que ha sido protagonista; y por multitud de anécdotas. Explica José Luis que antiguamente, tras cada proyección, los asistentes participaban en un coloquio en el que tenía cabida todo tipo de temas, incluido los de actualidad y política, algo que en los años 70 no era habitual. De hecho, «en ningún otro sitio de Cuenca se debatía libremente como lo hacíamos nosotros; la gente expresaba sus ideas». A pesar de que la dictadura franquista anunciaba ya algún que otro signo de apertura, nunca faltaban a estas sesiones dos agentes de la policía secreta que anotaban lo que allí escuchaban. Con ello informaban después al gobernador civil de turno, quien en más de una ocasión llamó al director del Centro Cultural instándole «a que nos controlase y moderásemos nuestras opiniones».
Eran tiempos de auge para los cine clubes, cada vez surgían más, la mayoría dentro del ámbito universitario, como ocurrió en Cuenca. «Allí aún no había Universidad pero los que lo creamos procedíamos de esta institución. No obstante, también se incorporaron otras tantas personas con gran inquietud por el cine».
Otros momentos para recordar son las proyecciones de películas como «Muerte en Venecia», de Luchino Visconti, donde se insinuaba el amor homosexual entre el protagonista y un menor; o «Amores de una rubia», dirigida por Milos Forman, la primera vez que en estas butacas se vio un desnudo. Fueron films que no pasaron desapercibidos.
Nunca olvidarán tampoco cuando entregaron su Insignia de Oro a Pedro Almódovar, quien acudió personalmente para recogerla (hace algo más de 10 años); y al actual presidente de la Academia de Cine, Enrique González-Macho, quien gestionó los Multicines de Cuenca.
Al margen de las proyecciones –que siempre empezaban con una presentación- el Cine Club Chaplin ha impartido cursos; ha realizado sesiones para los más pequeños; ha colaboración con la Diputación para llevar el cine a los pueblos; ha participado en certámenes…
Actualmente, tiene 550 socios -«no creo que haya muchos en España con tantos», indicaba- y sus películas se pueden ver los miércoles en los Multicines Cuenca.