domingo, 24 de noviembre de 2024
02/11/2012junio 13th, 2017

Autoridades, trabajadores y residentes ratificaron la “extraordinaria y necesaria” labor que realizan los voluntarios.

“Calidad de vida es lo que aportáis a los residentes”, señalaba el alcalde, Pedro Ángel Jiménez, a los voluntarios en la inauguración de las IV Jornadas del Voluntariado, organizadas por la Residencia de Mayores “Virgen de Peñarroya” de Argamasilla de Alba.


El acto contó con la presencia de todos los residentes y un gran número de voluntarios, así como con las intervenciones, del alcalde, del coordinador provincial de Sanidad y Asuntos Sociales de la JCCM, Luis Alberto Marín Morales, y la directora de la residencia, Encarnación Torresano.

Para el coordinador provincial, “la acción voluntaria tiene sentido cuando repercute en otro (…) y en momentos como los actuales hay que darle el verdadero valor que tiene al voluntariado”. También afirmó que el concepto de voluntario está muy extendido en Castilla La Mancha, “por esto es que donde hay un problema hay un voluntario”.

Por su parte, el alcalde hizo hincapié en la multitud de actividades que pueden realizar los residentes gracias a la ayuda y “al compromiso” de los voluntarios, convirtiéndose éstos en una colaboración “fundamental” para que los mayores puedan añadir vida a los años.

Además, Jiménez dio la bienvenida a la nueva Jefa de Servicio de Atención a Personas Mayores y Discapacitados, Almudena Ramírez de Arellano, recientemente incorporada al “excelente grupo de profesionales que trabajan en esta residencia”.

La directora, dirigiéndose a los voluntarios, señaló que esta jornada es la mejor manera de “agradecer vuestro apoyo y compromiso con el centro, pero sobre todo con las personas que aquí viven”.

Finalizada la intervención de las autoridades, el director del Instituto de Gerontología y Servicios Sociales, Gonzalo Berzosa Zaballos, ofreció una interesante charla titulada “El voluntariado, garantía de bienestar personal”, donde afirmó que “cuando uno deja de aprender empieza a envejecer”, por lo que se hace necesario “aprender para cambiar o cambiar para aprender”.

La jornada se completó con la entrega de obsequios a los colaboradores y a varias asociaciones, así como con la lectura de varios textos de agradecimiento a los voluntarios y una comida de hermanad.

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