Hispania Nostra ha incluido en su Lista Roja del Patrimonio a la torre de Azuqueca de Consuegra (Toledo), del siglo XIV, que se encuentra en un estado de conservación «muy deficiente, con pérdida de material en la base de sus muros«, una de las posibles causas de la aparición de las numerosas grietas que recorren los lienzos verticalmente y que podrían propiciar su colapso si no se pone remedio.
En un comunicado, Hispania Nostra ha señalado que la Lista Roja del Patrimonio recoge cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si no se actúa de inmediato.
La torre de Azuqueca es una fortaleza visible desde Los Yébenes, pues se levanta a pocos kilómetros al sureste, sobre una pequeña elevación del terreno junto al río Algodor.
Así es la torre de Azuqueca
Es una construcción de doce metros de altura y de forma rectangular, midiendo sus lados doce con cinco y nueve metros. Su superficie ocupa unos once metros cuadrados y el interior consta de un sótano-almacén, con aljibe o pozo, una planta al nivel de la entrada y un piso superior.
Externamente se aprecia un nivel inferior de mampuesto-sillarejo, un segundo nivel con sillares en los ángulos, provisto de aspilleras y dos ventanas con arco de herradura de ladrillo en los ángulos, ha informado Hispania Nostra en un comunicado.
La puerta de entrada, también de arco de herradura, se halla al noroeste y se eleva a dos metros del suelo. Se accedía a través de una escalera apoyada en una estructura de mampuesto, cuyos restos se mantienen.
Una torre vigía con gran importancia estratégica
La torre de Azuqueca, también conocida como la Torrecilla, componía un cuerpo vigía de gran importancia para la defensa de los pasos de Yébenes y del castillo de Guadalerzas. Debió existir ya en época de dominio islámico, pues la parte inferior de la torre recuerda a otras construcciones califales. Es probable que más tarde fuera abandonada al convertirse la región del Algodor en frente de batalla.
Con la consolidación del dominio cristiano en esta zona y al pasar Consuegra a los caballeros hospitalarios, se reformó la construcción primitiva, que sufrió nuevas modificaciones en el siglo XIV al convertirse en centro de una encomienda y explotarse económicamente estas tierras para pastos y agricultura.