El territorio sobre el que ahora se asienta Castilla-La Mancha, situada en el centro peninsular, ha sido fiel testigo de cómo ha ido evolucionando las distintas civilizaciones que han poblado su territorio.
Íberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos han dejado un importante legado en la región, que hoy todavía permanece muy vivo en los siete parques arqueológicos de Castilla-La Mancha, sin olvidarnos de que en ellos también encontramos una importante muestra incluso anterior, con el arte rupestre levantino. Acompáñanos a este viaje por la historia que hacemos de la mano de la Viceconsejería de Cultura en este especial Tesoros de Castilla-La Mancha.
Parque arqueológico de Recópolis. Zorita de los Canes, Guadalajara. Fotografía: Junta de Castilla-La Mancha.
Recópolis, la ciudad de los visigodos
Uno de los lugares más especiales y quizá desconocidos de Castilla-La Mancha es Recópolis. Especial porque la única ciudad fundada por los visigodos y, sobre todo, porque nos permite conocer cómo era la organización de sus ciudades, ya que tras la llegada de los musulmanes a la península, se abandonó en el siglo IX, para desplazarse a lo que hoy es Zorita de los Canes.
Ubicada en un cerro sobre el río Tajo, fue mandada construir por Leovigildo en honor a su hijo Recaredo en 578. Fue capital de la provincia denominada Celtiberia, además de un lugar estratégico de comunicación del Reino Visigodo.
Con 33 hectáreas de extensión, rodeados por una gran muralla, en su interior se encuentra un conjunto monumental, administrativo y religioso, entre los que destacan el palacio y la iglesia palatina.
En el siglo XII, con la conquista de Alfonso XII, hubo un intento de repoblar la ciudad, donde se construyó una iglesia de la que hoy se pueden observar los restos mejor conservados de Recópolis.
¿Cómo visitar Recópolis?
De junio a septiembre, de jueves a domingos y festivos, de 9:30 a 14 horas. Cerrado lunes, martes y miércoles no festivos. La entrada es gratuita. Se pueden concertar visitas guiadas. Más información en este enlace.
Yacimiento arqueológico de Alarcos. Ciudad Real. Fotografía: Junta de Castilla-La Mancha
Alarcos, el esplendor de un lugar estratégico
A sus puertas se libró una de las batallas más recordadas de la conquista cristiana. La derrota de Alfonso VIII frenó su avance durante unos años. Cambió de manos en más de una ocasión entre cristianos y musulmanes, aunque la importancia de Alarcos viene de muchos siglos atrás.
Fue un importante asentamiento íbero, que perdió importancia en época romana y visigoda, pero que alcanzó si cenit como lugar estratégico en la época de la conquista cristina, como punto de paso del Guadiana, en la ruta entre Córdoba y Toledo.
Convertida en un montón de ruinas por la guerra, Alfonso VIII la reedificó y la repobló en 1178. Posteriormente, perdió importancia en favor de la que había sido nombrada como Villa Real, que tras conseguir el título de ciudad pasó a ser lo que ahora conocemos como Ciudad Real.
En esa época se construyó el Santuario de Nuestra Señora de Alarcos, patrona de Ciudad Real.
¿Cómo visitar Alarcos?
De junio a septiembre, de jueves a domingos y festivos, de 9:30 a 14 horas. Cerrado lunes, martes y miércoles no festivos. La entrada es gratuita. Se pueden concertar visitas guiadas. Más información en este enlace.
Parque Arqueológico de Carranque. Foto: Rebeca Arango.
El legado romano de Carranque
El Parque Arqueológico de Carranque se encuentra en el municipio toledano del mismo nombre. Está construido en torno a una villa romana que fue un importante centro de poder en la época tardorromana.
Así lo atestigua el importante edificio palacial, erigido a finales del siglo IV o inicios del V d.C, concebido como potente manifestación material – arquitectónica y decorativa- del poder de su propietario, la construcción se convirtió en hito paisajístico de ese dominio.
El Parque Arqueológico de Carranque, pues, atesora los restos de una villa romana, descubierta casualmente en 1983 por Samuel Iglesias.
Descubierto casualmente en 1983 por Samuel Iglesias, la colección de mosaicos de la villa, lo convierte en uno de los conjuntos más importantes de la península Ibérica, siendo una de las joyas arqueológicas de Castilla-La Macha. Se extienden ocupando una superficie de 600 m2 y recrean, la gran mayoría, temas mitológicos: personajes de la Iliada, representaciones de Neptuno y Animona, Diana y Acteón, Hilas y las Ninfas, Píramo y Tisbe, bustos de Minerva, Diana y Hércules, etc.
¿Cómo visitar la villa romana de Carranque?
De junio a septiembre, de jueves a domingos y festivos, de 9:30 a 14 horas. Cerrado lunes, martes y miércoles no festivos. La entrada es gratuita. Se pueden concertar visitas guiadas. Más información en este enlace.
Yacimiento de Minateda. Fotografía: Junta de Castilla-La Mancha.
Las increíbles pinturas rupestres de Minateda
El Parque Arquológico del Tolmo de Minateda es un lugar único en la península. Ubicado en Hellín (Albacete), allí se encuentra el Abrigo Grande, uno de los yacimientos de arte rupestre más impotantes, un ejemplo único del arte levantino, un estilo pictórico se distribuye por gran parte de la mitad oriental de la Península Ibérica, y que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998.
El asentamiento cercano, establecido sobre una muela, tiene miles de años de historia, dado que hay vestigios de población desde la Edad Bronce. Fue un importante centro en época íbera y romana, nombrado como posiblemente Ilunum, que resurgió en época visigoda como centro urbano.
Aunque lo que hace único a este asentamiento es la estructura urbana y los testimonios materiales del proceso de islamización (siglos VIII y IX), donde se suceden las estructuras públicas, domésticas e incluso funerarias hasta su abandono definitivo, que parece haberse producido con anterioridad al Califato.
¿Cómo visitar el Tolmo de Minateda?
De junio a septiembre, de jueves a domingos y festivos, de 9:30 a 14 horas. Cerrado lunes, martes y miércoles no festivos. La entrada es gratuita. Se pueden concertar visitas guiadas. Más información en este enlace.
Yacimiento arqueológico de Segóbriga. Foto: Junta de Castilla-La Mancha.
La gran conservación de Segovia
La provincia de Cuenca tiene algunos de los restos de época romana mejor conservados de la península. En el término municipal de Saelices se encuentra el Parque Arqueológico de Segróbriga, donde destacan su teatro, anfiteatro, muralla, puerta norte, las termas o la casa del procurador.
Aunque el asentamiento en Segóbrica no empezó con los romanos, sino que también así se puede contemplar la necrópolis celtíbera. Como ciudad romana controlaba un vasto territorio de la meseta como capital, cuando fue considera por Plinio la “caput Celtiberiae” o inicio de la Celtiberia.
La decadencia de la ciudad comenzó en época islámica, si bien aún en esta época se construyó una fortificación árabe en la cumbre del cerro sobre el que se sitúa la ciudad.
Tras la Reconquista, la población se desplazó al actual pueblo de Saelices y el lugar pasó a denominarse Cabeza del Griego, quedando reducido a una pequeña población rural dependiente de la Villa de Uclés.
¿Cómo visitar Segóbriga?
Horario de Verano: de martes a domingo. Del 1 de abril al 30 de junio, de 10:00 a 19:30 h. Del 1 de julio al 12 de agosto, de 9:00 a 15:00 h. Del 13 de agosto al 30 de septiembre, de 10:00 a 19:30 h.
Precio: 6 euros y reducida 3. La entrada es gratuita en algunos días, consultar en este enlace.
Cerro de las Cabezas, Ciudad Real. Foto: Junta de Castilla-La Mancha.
El Cerro de las Cabezas o cómo vivían los íberos
El Parque Arqueológico del Cerro de las Cabezas es uno de los lugares más especiales que hay en la región. Se ubica en Valdepeñas (Ciudad Real) y es una de las pocas ciudades íberas que no han tenido ocupación posterior al siglo II a.C., lo que lo convierte en viva muestra de cómo se organizaban y cómo era la cultura de los íberos.
Se trata de un asentamiento fortificado, oppidum, de la Edad del Hierro, donde destaca la monumentalidad de sus sistemas defensivos y la buena conservación que presentan en general los restos exhumados. Las estructuras arquitectónicas excavadas (acrópolis, santuario, calles, viviendas, almacenes, hornos cerámicos, desagües…etc.), y los abundantes materiales arqueológicos asociados (cerámicas, metales, marfil, terracotas, etc.) han permitido conocer la vida diaria, las costumbres e incluso las creencias religiosas y gustos estéticos de una sociedad gentilicia perfectamente organizada, donde la agricultura, junto con la ganadería, la producción cerámica y el comercio, propiciaron un importante desarrollo de esta ciudad hace más de 2.200 años.
Los años finales del siglo III a. de C. ven llegar la decadencia de la ciudad y de la cultura ibérica. Con la posterior conquista del territorio por la cultura romana, se produce en esta zona un cambio en el patrón de asentamiento. La pacificación de los territorios conquistados hace innecesaria la ocupación de cerros con fáciles defensas naturales. Es entonces cuando la vida de esta ciudad íbera llega definitivamente a su fin no siendo posteriormente habitada.
¿Cómo visitar el Cerro de las Cabezas?
De junio a septiembre, de jueves a domingos y festivos, de 9:30 a 14 horas. Cerrado lunes, martes y miércoles no festivos. La entrada es gratuita. Se pueden concertar visitas guiadas. Más información en este enlace.
Torre medieval en Libisosa, Albacete. Foto: Junta de Castilla-La Mancha
Libisosa, un importante punto comercial en el imperio romano
El Parque Arqueológico de Libisosa fue un asentamiento humano con un horizonte crono-cultural que arranca en la Edad del Bronce y que da pie a un importante oppidum ibérico, que sería embrión de una importante colonia romana denominada Libisosa, para más tarde alojar un complejo defensivo religioso-militar tras la Reconquista, hasta su posterior abandono. Se encuentra muy próximo al municipio de Lezuza (Albacete), lo circunda un meandro formado por el río Lezuza al este, oeste y norte, mientras que al sur limita con el Vallejo de la Ermita.
La colonia romana de Libisosa mencionada por Plinio el Viejo y registrado por Ptolomeo, gozó de un emplazamiento privilegiado que presidía una encrucijada viaria fundamental en la Península Ibérica, y de un territorio que basaba su riqueza en el control de las rutas ganaderas, lo que la convirtió en un enclave de excepcional importancia en la Antigüedad, constituyendo en la actualidad el punto de referencia arqueológico, histórico y monumental. A lo largo del tiempo, algunos materiales hallados en el yacimiento, ubicado en el llamado “Cerro del Castillo” del municipio albaceteño de Lezuza, ayudan a perfilar la imagen de un notable conjunto romano.
La eminente vocación comercial del asentamiento queda, en lo oficial, definida por la fase intermedia ubicada entre la indígena oretana y la colonial, en la que gozó de la categoría de forum, y en lo material, en virtud de la existencia de una barriada artesanal con actividad predominante en el período ibérico final y que quedaría amortizada por la construcción de la Puerta Norte de la línea muraria romana tardorrepublicana, de 3 metros anchura y que englobaría cerca de 8 hectáreas de cerro, que caería en desuso coincidiendo con la fundación de la colonia con derecho itálico llevada a cabo en época del emperador Tiberio.
¿Cómo visitar el Libisosa?
Miércoles a viernes de 9:00 a 15:00 horas. Sábados y domingos, de 10 a 14:00 horas y de 16 a 18:30 horas. Se requiere siempre cita previa.
Previo: 3 euros y reducida 2 euros para grupos de más de 10 personas, jubilados, menores de 12 años y amigos de los museos.
En el portal de Cultura de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha hay información actualizada sobre los museos, parques arqueológicos y yacimientos, así como agenda cultura actualizada con datos muy interesantes para el visitante.
