En 1988 puso en marcha los «ciudadanos conciertos de campanas» y desde entonces Llorenç Barber ha compuesto más de 150 obras para ciudades españolas y de todo el mundo, ciudades en las que las torres de sus iglesias y conventos cobran protagonismo para envolver al paseante en la magia de sonidos que llegan desde el cielo.
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Los actos de conmemoración del IV centenario del fallecimiento del Greco arrancarán el 18 de enero con una cita musical destacada: el concierto de campanas que este compositor valenciano, junto con otros 70 músicos voluntarios, protagonizarán en la ciudad de Toledo a partir de las 20:00 horas. De él Barber adelantaba que «va a ser un gran concierto» porque «es una ciudad infinita, comparable con Venecia tanto en la cantidad de campanas como en el espacio en el que se distribuyen».
Explicaba a encastillalamancha.es que ha venido conociendo y descubriendo las campanas de la capital regional durante los últimos 25 años, siempre con la idea en la mente de poder hacerlas sonar. Ya lo consiguió hace dos años y medio durante las fiestas del Corpus, sin embargo «las campanas nunca han sonado como lo van a hacer ahora, en la que es una propuesta claramente definida y exportable». Las posibilidades de Toledo se asemejan, indicaba, a las de otras ciudades medievales como Segovia o Ávila.
Destacaba el número de campanas que se distribuyen por el centro histórico de la ciudad y por los alrededores, «hay tantas que muchas se han tenido que quedar fuera del concierto». De entre todas ellas, siempre llama la atención la «campana gorda» de la Catedral -«la más grande de todas»- y las otras 15 que la acompañan.
Dice que para hacer posible un concierto de estas características es fundamental la coordinación y la sincronización. Para ello todos los músicos se subirán a los campanarios con un cronómetro y con una partitura escrita siguiendo una estrictas pautas de tiempo.
Barber describe la estructura de sus sinfonías de campanas, los recursos y estrategias que desarrolla en ellos, con el término «plurifocalidad»: múltiples y distantes focos sonoros componen la sinfonía cuyo resultado acústico quedará también determinado, no solo por las características de cada campana, campanario y de su entorno urgano, sino por elementos como el viento o la humedad.
A aquellos que tienen interés en acudir al concierto, el compositor les recomienda que paseen por las calles, que no se queden parados. Además se aconseja consultar el mapa de los campanarios que van a sonar; buscar lugares abiertos -cuanto más alto mejor- e incluso cazar al fresco sonidos lejanos; y no situarse demasiado cerca de un campanario.