La primera edición del Babylon Festival llegó a la Plaza de Toros de Cuenca y suponía la vuelta a escena de la sala que más y mejores conciertos ha albergado en la capital conquense, la Sala Babylon. Boikot, y La Gran Pegatina con su concierto de cerca de dos horas y media, hicieron que este regreso fuese especial. Más de 2.000 personas abarrotaron el coso taurino, que por un día tuvo su punto rockero con cuatro conciertos para el recuerdo.
Imagen de La Gran Pegatina durante su concierto en el Babylon Festival.
Luces, cámara y… Babylon. El viernes 16 de septiembre volvía la magia de la mítica sala a Cuenca, esta vez en un escenario diferente, la Plaza de Toros. Cita clave, en un festival con importantes grupos de la música alternativa. Boikot, La Gran Pegatina, The Coast Cats y Expolike hicieron vibrar a los más de 2.000 asistentes.
Hace más de un año, la noticia del cierre de la Sala Babylon entristeció a buena parte de los amantes de la música, en Cuenca y en medio mundo. Esta sala no solo era un sitio clave en la capital conquense por los buenos conciertos que albergaba, sino que por su paso en alguna etapa de la vida, «La Baby» guarda pequeños trocitos del corazón de estudiantes, músicos y de todo aquel que vivió alguno de sus conciertos o compartió una jarra de cerveza o calimotxo con sus amigos en este local.
Por suerte para muchos, el espíritu Babylon se pudo revivir con una noche magnífica de conciertos. Abrió la jornada el grupo local Expolike, que con su punk-rock empezó a caldear el ambiente. Acto seguido llegaron los The Coast Cats, en un tono más blusero e incluso versionando a algunos clásicos del rock, lograron que el público que llegaba poco a poco tarareara y bailara al son de sus guitarras y trompetas.
Pero cerca de las 22 horas, el primer nombre propio de la noche salió a escena. Con la banda madrileña Boikot, los pogos comenzaron a ser los protagonistas. «Ines», «Bajo el suelo» o «SKAlasnikov» sonaban y la fiesta no paraba. Incluso tuvieron un momento «hortera», como decía el vocalista del grupo, Juankar, al hacer un popurrí en el que estaban incluidos «Paquito el Chocolatero» o «Los Pajaritos». Entre el asombro de algunos y las risas de otros, la gente seguía saltando hasta que llegó la traca final con el clásico «Cualquier día«, una canción que para muchos supone una forma de vida.
Mientras el grupo que cerraba (La Gran Pegatina) se preparaba, la batucada conquense «Sambas Colgadas» hipnotizaba al son de sus tambores.
Y a media noche llegó el concierto final, el que todos esperaban y que no defraudó. En esta gira, a «La Pegatina» se le han sumado siete nuevos componentes, como La Canija, de D’Callaos, para formar “La Gran Pegatina”. Comenzó el concierto soltando confeti y la expectación y las caras de alegría eran una constante.
La banda catalana estuvo casi dos horas y media sobre el escenario. Mientras «Y se fue» y «A los que» ponían el toque emotivo, el concierto se cerró con la canción más cañera del grupo, en la que los componentes de Boikot volvieron a la tarima, «Mari Carmen»… «Tu hijo está en el afterhour».
Esta cita no pasará inadvertida, y es que todos y cada uno de los grupos de la noche no se cansaron de agradecer y recordar lo que ha hecho la «Sala Babylon» por la música en Cuenca. De hecho, de no ser por ese espíritu que encandila a todo aquel que ha asistido a uno de sus conciertos para menos de 200 personas, estos grupos no habrían estado en la Plaza de Toros en este magnífico festival.
Aunque puede que mucha gente no haya escuchado hablar de ella, lo cierto es que dentro de la música alternativa, muchos músicos tienen presente la sala allá donde vayan, bien sea portando una camiseta con su logotipo o como uno de los protagonistas del festival, Juankar de Boikot, llevando la mítica pegatina de “Sala Babylon” en su guitarra.
La sala cerró, los corazones de muchos conquenses de nacimiento y otros de adopción se encogieron. Por fortuna, y como decía Adrià de La Pegatina, esto solo está empezando, es la primera edición de este festival que promete, y mucho. Porque solo en «La Baby» puedes terminar a cuatrocientos kilómetros reviviendo un concierto al día siguiente con La Pegatina… En Zaragoza.