Mario también es Manolo cuando aparece en la calle. Manolo es un cantante, «venido a menos», que toma su voz para cantar al mundo las canciones que le han marcado. Mario es Mario Ezno, un joven de 29 años que partió desde Huete, en Cuenca, para viajar por todo el mundo cantando junto a Manolo, su títere y compañero de andanzas.
Ezno lleva desde que acabó sus estudios en la RESAD (Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid) viajando junto a Manolo «por más de 55 países», cuenta al otro lado de la línea telefónica. Ahora es protagonista en muchos titulares por aparecer preseleccionado en un famoso concurso de televisión, Got Talent, donde ha sido uno de los seleccionados. Pese a la noticia, Ezno lo tiene claro: «Mi escenario no es Got Talent, es la calle y siempre lo ha sido».
«Los artistas callejeros nos sentimos como pedigüeños»
Los hilos que sujetan a Manolo han sufrido muchos desalojos y multas por parte de las autoridades locales. El titiritero denuncia el «acoso» que ha sufrido en buena parte de las ciudades de España y la problemática que le supone que muchos ayuntamientos no permitan que los espectáculos callejeros introduzcan un amplificador. «Es como si le pides a un piloto que compita, pero sin el coche», se queja el conquense.
«Muchos artistas nos sentimos como pedigüeños y no somos valorados por la sociedad solo por el hecho de estar en las calles», dice el titiritero y afirma que en otros países sí tienen el reconocimiento que aquí les falta.
Ha diseñado un sistema para poder interactuar con su público
Esa es una de las razones por las que Ezno ha tenido que cargar con Manolo y visitar «medio mundo» mostrando que las canciones de su Manolo están vivas en las calles. Porque el artista callejero defiende que su lugar es la calle y reconoce que ha aceptado figurar en la preselección del programa de TV porque le han «insistido mucho». Sin embargo, su formato son las calles.
«Cantamos canciones y he diseñado un sistema Wireless que me permite parar las canciones y poder interactuar con el público que está viendo el espectáculo. Así le damos un toque de improvisación cada vez que salimos a las calles», revela el titiritero conquense, reafirmando que su lugar y, sobre todo, el de Manolo está en el espacio público.