Había gran expectación por ver de nuevo a Javier Ulises Illán dirigiendo en casa, su Toledo natal, porque las entradas se habían agotado con días de antelación. Regresó con un concierto de formato novedoso, bajo el sugerente título de “Navidad barroca. Música en familia para emocionarnos”, una declaración de intenciones que consiguió.
Hace falta un espíritu autoexigente innato para arriesgar pero también es necesario tener confianza en tus conocimientos y posibilidades. Y Javier Ulises Illán demostró que ambas están en su carga genética musical, junto a una concienzuda preparación que le permite conocer todas las posibilidades de cualquier partitura, llevarlas al siglo XXI, devolverlas a su tiempo y convencer al mismo tiempo a eruditos y profanos.
Una cata a ciegas de música
La cita se presentaba diferente. Y lo fue. Nadie sabía al entrar el repertorio que se tocaría. En palabras del director de orquesta toledano era “una cata a ciegas”, con “construcción” y “deconstrucción” de músicas del Barroco, desde las que estaban firmadas por los incunables de la música (Bach o Händell) a los conocidos solo por los más expertos (Zenelka).
Pero Javier Ulises Illán fue llenando la incertidumbre con acierto dirigiendo a Nereydas en cada paso e implicando al público en su nuevo formato: arriesgado, novedoso, emocionante y divertido.
El director explicaba cada pieza como el admirador cautivado, pero al mismo tiempo las desmitificaba deconstruyendo las creaciones musicales hasta dejarlas sin adornos ni vestimentas, en sus notas básicas.
Venecia, París, Dresde…
Con los ojos abiertos o cerrados las partituras ejecutadas por Nereydas bajo la dirección de Javier Ulises Illán nos llevaron por Venecia, París, el Tajo o Dresde sin abandonar las butacas del Rojas.
Junto a Illán en la dirección, forman Nereydas Elvira Martínez, Paula Pérez, Miriam Hontana, Assumpta Pons, Sergio Suárez y Belén Sancho, violines; Isabel Juárez, viola; Carla Sanfélix, violonchelo; y Manuel Manguillón en cuerda pulsada, que demostró su maestría con el laúd.
De Bach a «Juego de tronos»
El repertorio interpretado incluyó la obertura “La Senna festiggiante”, de Antonio Vivaldi; el allegro de la Sinfonía Opus 5 nº6 en Sol menor, de J. A. Hasse; preludio de la Suite nº1 para violonchelo en Sol Mayor, de Bach, interpretada por Clara Sanfélix y uno de los momentos más aplaudidos de la noche. La misma pieza se tocó a continuación por toda la orquesta. Del compositor alemán también escuchamos el aria de la Suite nº 3 en Re mayor y las llamadas variaciones Goldberg.
El repertorio fue paseando por los Benedictos de la “Missa votiva”, de J. D. Zelenka; chacona de “La reina de las hadas” (“Fairy Queen”), de Henry Purcell; la sinfonía de “Ariodante, el aria de Cleopatra “Piangerò la sorte mia” y “Da tempeste”, de la ópera “Giulio Cesare in Egitto”, de Händell, con la soprano Sandra Ferró; el arreglo de la banda sonora de “Juego de tronos”, de Ramin Djawadi, otro de los momentos más aplaudidos del concierto; y par finalizar, música española de José Nebra, las seguidillas y fandango de Brújula y Tírito “Tempestad grande, amigo, se armó en la selva!, de “Vendado es amor, no es ciego”.
Nada fue imposible para Javier Ulises Illán en su “Navidad barroca. Música en familia para emocionarnos”, que cerró el concierto muy aplaudido y felicitado.