martes, 26 de noviembre de 2024
26/08/2012junio 13th, 2017

Dentro del Festival de Albacete, el Teatro Circo acoge la obra «El refugio» de la compañía La Rous el próximo 29 de agosto a las 23:00 horas.

En «El refugio», de Rosa Díaz, -Premio al Mejor Espectáculo y Mejor Actriz Feten 2011- se habla de la guerra. Más en concreto, de sus efectos sobre las personas… sobre los niños.


Eva es una niña de apenas nueve años que, al inicio de una guerra –de cualquiera- ha quedado encerrada en un antiguo refugio del que no consigue salir. Pasa el tiempo y, lo que al principio parecía un juego, una anécdota, se convierte en permanente… Es terrible. Allí dentro, en una situación precaria y sin referentes adultos, todo se vuelve difícil y extraño.

Mientras se acaba la comida, el agua, se agota también la esperanza. Eva escribe cartas a su padres que nunca llegan a destino, grita, aunque nadie la oye… sobrevive, aunque el tiempo la marca de forma indeleble.

Las heridas más grandes que las guerras dejan en los niños no son las del cuerpo; son las de la soledad y el desarraigo, son las de la falta del apoyo, del cuidado y el amparo familiar.
Y, al final, en medio de la locura que continúa fuera, ella descubre que los niños de nada sirven en las guerras. Nadie les pide permiso para arrasar sus vidas, para destruir su inocencia y acabar con su alegría. Sólo las sufren, sólo las padecen entre el horror y el silencio.
Esta historia es, pues, al tiempo tierna, dulce y dolorosa. Como la verdad.

El espectáculo, desde un lenguaje directo y sincero, plantea un tema ciertamente crudo desde una óptica realista, aunque no exenta de humor y poesía. De formato mediano, y con una dramaturgia principalmente visual, la función se desarrolla en un espacio único: un refugio abandonado bajo tierra con un único agujero que hace de nexo con el exterior. En este lugar aislado, áspero, la acción se desglosa en tres bloques que son, a su vez, los tres estadios por los que pasa la protagonista. En el primero, todo es inocente y ameno y parece casi un juego. La guerra acaba de llegar y Eva aún no sabe bien cómo recibirla. En el bloque central, la niña intenta mantener el orden correcto de la vida mientras espera un rescate que se dilata en el tiempo. En el acto final, la realidad, cruda e inevitable, es lo único que viene a su encuentro.

Ambientada en una guerra cualquiera, en un país cualquiera y en un tiempo indeterminado, bebe de todas las historias de niños inmersos en conflictos. Una escenografía cuidada, un vestuario atemporal y una iluminación dramátúrgicamente explícita componen un espectáculo lleno de verdad y sensibilidad.

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