Los valses, marchas y polcas de la familia Strauss se han convertido en una cita imprescindible de las festividades de Año Nuevo. Para celebrar la entrada de 2014, la Strauss Festival Orchestra interpretará en el Teatro Auditorio de Cuenca temas tan célebres como el «Vals del Emperador», la «Marcha Rusa» y la «Marcha Radetzky», unas piezas que hoy continúan transmitiendo toda la frescura y la elegancia de la Viena decimonónica. Será el 4 de enero a las 20:30 horas.
Después de más de un siglo de vida, la tradición musical de la Viena imperial ha adquirido en los últimos años un gran prestigio y ha encontrado en la celebración del Año Nuevo un momento ad hoc para su culto. Las grandes salas de concierto y teatros de Europa se pueblan por estas fechas del entusiasmo y el aplauso que despierta el contagioso ritmo de valses, marchas y polcas que hicieron época.
Aunque sin las pretensiones de «arte mayor» que orientaron la creación de aquellos espléndidos compositores que florecieron en el ámbito vienés (Haydn, Schubert, Beethoven, Brahms, Bruckner o Mahler), la llamada «música de salón» acabó convirtiéndose, con el correr del tiempo, en «música de concierto», como uno de los grandes emblemas de la atmósfera encantadora de la corte de Francisco José y de su legendaria esposa, la emperatriz Elisabeth de Wittelsbach (Sissi).
Sorprendentemente, esta música ha despertado un notable interés en la actualidad y hoy resultaría inconcebible una apertura de año sin este ya clásico gran concierto. Tras los brindis y los fuegos artificiales, el Año Nuevo se celebra con valses inolvidables como «En el bello Danubio azul», «Cuentos de los bosques de Viena», «Vals del emperador» y la «Marcha Radetzky», que cierra habitualmente el programa, acompasada a palma batiente por el público.
El gran concierto de Año Nuevo es, además, una forma de homenajear a varios representantes de una misma familia, la Strauss, que se especializaron en este tipo de música. Entre ellos, destacan el patriarca del clan, Johann Strauss (1804-1849), conocido como el «padre del vals», así como su hijo Johann Strauss II.