La exposición «EnArbolar: Grandes Árboles para la Vida», que se ha inaugurado en Toledo, pretende concienciar a la sociedad en general y a los niños, en particular, sobre el valor e importancia de la naturaleza arbórea como fórmula para reforzar la biodiversidad regional que «es todavía muy deficiente».
Así lo ha explicado en la presentación de la exposición «Enarbolar. Grandes árboles para la vida», que aúna ciencia, cultura, medio ambiente y, también arte, el director del proyecto de la Fundación «Félix Rodríguez de la Fuente» (FFRF), César-Javier Palacios, que cofinancia la Unión Europea (UE) y el Departamento de Árboles Monumentales de Imelsa-Diputación de Valencia.
En rueda de prensa presidida por Juan Ignacio de Mesa, presidente de la Real Fundación de Toledo, anfitriona de la muestra que se prolongará hasta el 21 de enero y que, en un proyecto de tres años, recorrerá una veintena de ciudades de toda España, Palacios ha destacado que «pretendemos mejorar la conservación de árboles singulares y bosques maduros de la Red Natura 2000».
«El objetivo final es concienciar a la población de la importancia que tienen no solo los bosques en general, sino aquellos árboles que por si mismos funcionan como pequeños ecosistemas dentro de uno más grande», ha resumido.
Palacios ha elogiado la «naturaleza excepcional» de Toledo y Castilla-La Mancha, región en la que están protegidas casi dos millones de hectáreas, el 24 por 100 de su superficie, pero ha reconocido que «la protección es todavía deficiente».
«Cuenta con una muy buena normativa» de protección desde 1990 «pero apenas se ha desarrollado» porque, ha desvelado, «en 24 años de ley tan solo se han protegido cinco árboles» dos de ellos nogales que, curiosamente «están muertos», y dos arboledas.
Ha alabado, en todo caso, las actuaciones del Ayuntamiento de Illescas, pionero en aplicar un norma, en 2003, que protege la mitad de arboles de toda la región, incluido su famoso «Olmo del milagro», o como el Ayuntamiento de Alcázar edito un catálogo y el de Talavera tiene en vigor una normativa, pero sin decir a que árboles afectan.
Sobre Toledo, ha dicho que tiene numerosos árboles singulares, y ha citado los plátanos del paseo de la Vega, el Pino Carrasco de la Fábrica de Armas, los cipreses del cementerio municipal.
«Incluso árboles con historia, como el laurel que se dice que plantó aquí Gustavo Adolfo Bécquer, o el olivo de las madres Jerónimas del Convento de Santa Isabel», ha reseñado Palacios, quien ha reconocido, no obstante, que «todavía queda mucho hacer».
Algo con lo que ha coincidido Bernabé Moya, director del Departamento de Árboles Monumentales de Imelsa y director científico del proyecto, quien ha recordado que «la protección es muy lenta» por parte de las administraciones, con la excepción de Valencia.
Aquí, ha explicado, que su parlamento «aprobó por unanimidad» una ley que protege desde hace más de 20 años a más de 3.000 olivos como monumentos naturales, única que rige en España y en Europa, y que ha confiado Castilla-La Mancha «sea la segunda que siga sus pasos».
A juicio de Moya «falta conciencia» en España, donde se han dado unos resultados «catastróficos» en los últimos veinte años, al desaparecer el 80 por 100 de los árboles singulares.
Para defender la biodiversidad arbórea las tres soluciones, ha concluido, son protección legal, conservación real y difusión «para evitar el expolio. Darlo a conocer es la mejor garantía de futuro».
Entre las actividades que contempla esta exposición itinerante están unas jornadas informativas, conferencias de divulgación y una aplicación para teléfonos móviles y tabletas para descargar los árboles mas interesantes, con su historia, peculiaridades.
Ahora hay ya cuarenta árboles singulares de Castilla-La Mancha a los que se puede acceder, veinte de ellos de la provincia de Toledo, y la idea es llegar al centenar de ejemplares singulares.
También se han programado documentales, tras el convenio firmado con Televisión Española, un congreso internacional para periodistas y recuperar «el espíritu» de Félix Rodríguez de la Fuente en su pasión no solo por los animales, sino también por la naturaleza.