Coincidiendo con el 40 aniversario de su nacimiento, Médicos Sin Fronteras (MSF) ha inaugurado, en el Centro Comercial Luz del Tajo de Toledo, la exposición «40 Años de Acción Humanitaria Independiente», que repasa la historia de la organización médico-humanitaria así como los principios que han guiado su trabajo durante las últimas décadas. Esta muestra fotográfica podrá visitarse hasta el próximo 26 de mayo.
Tal y como explica la exposición, MSF nació en 1971 de la mano de un grupo de médicos y periodistas, frustrados unos porque el mandato de la organización en la que trabajaban les impedía prestar testimonio sobre el genocidio de los ibo en Biafra (Nigeria, 1968), otros por la ineficacia con que se atendió a las víctimas de las inundaciones de 1970 en Pakistán Oriental (actual Bangladesh). Defendían una acción médica independiente de intereses políticos o económicos, que acudiera allí donde la emergencia lo requiriera para prestar asistencia y testimonio.
Hoy, MSF es una de las principales organizaciones humanitarias independientes del mundo, y lamentablemente tiene poco que celebrar, ya que las crisis a las que responde en la actualidad recuerdan mucho a las primeras emergencias en las que la organización intervino hace 40 años. El objetivo ha sido siempre el mismo: preservar la vida, aliviar el sufrimiento y restablecer la dignidad de las personas en periodos en los que su supervivencia está amenazada, trabajando desde principios como la independencia, la neutralidad, la no discriminación, y convicciones como el profesionalismo, la innovación y la transparencia.
La exposición consta de 30 fotografías, que abarcan la historia de MSF a través de algunos de los principales contextos en que ha intervenido en las últimas cuatro décadas, prestando asistencia a poblaciones en situación precaria y víctimas de conflictos armados, desplazamientos forzados, enfermedades endémicas y epidémicas, catástrofes naturales, violencia social y exclusión de la atención sanitaria, en los cinco continentes.
La muestra abre una ventana a los conflictos de Afganistán, Líbano, Territorios Palestinos, Irak, Colombia, Bosnia, Chechenia, Somalia, Darfur o República Democrática del Congo, entre otros, así como al genocidio de Ruanda, las hambrunas de Etiopía y Angola, el terremoto y posterior epidemia de cólera de Haití, el huracán Mitch en Centroamérica, el tsunami del sureste asiático, y a crisis relacionadas con pandemias, brotes epidémicos y enfermedades olvidadas como el VIH/sida, la fiebre hemorrágica Marburg, la meningitis o el mal de Chagas.