El Teatro de Rojas de Toledo acoge mañana la representación de «Distancia siete minutos», una propuesta de Titzina Teatro, que habla de la incomunicación entre un padre y un hijo, pero también de otros temas fundamentales del ser humano como la justicia, la felicidad o el destino. Así lo han explicado hoy en Toledo sus dos protagonistas, Diego Lorca y Pako Merino, también autores y directores de esta obra, que se estrenó en 2013 y con la que han hecho más de 220 funciones en España, además de haber participado en varios festivales de Hispanoamérica.
Ambos actores encarnan al joven juez Félix, que se ve obligado a abandonar su casa, afectada por un plaga de termitas, y su padre, en cuyo domicilio se instala durante unos días hasta poder regresar al suyo.
Pako y Diego han explicado que «Distancia siete minutos» es básicamente el viaje del joven juez a la búsqueda de la felicidad, que coincide cronológicamente con el envío y aterrizaje en Marte del robot espacial «Curiosity».
Los «siete minutos de terror» con que los medios de comunicación bautizaron la fase final en la que el robot se acercaba a Marte «por el miedo que se tenía a que, una vez en Marte, no funcionase el software de la nave» han servido a los dos dramaturgos como elemento para que el protagonista de la obra se plantee también «si quiere cambiar su software personal o quiere seguir conviviendo con él», ha señalado Pako.
Y su compañero de reparto ha hecho hincapié en cómo en la obra se pone de manifiesto lo fácil que, en la sociedad actual, puede resultar enviar a Marte un robot, pese a la gran distancia física existente, que resulta, a veces, mayor a la que hay entre un padre y un hijo que están sentados en dos sofás pegados «intentando enfrentarse a un enigma del pasado para resolver sus tensiones presentes».
Sobre el ritmo de la obra han dicho que es «muy dinámica» con constantes cambios espacio-temporales y «secuencias cuasi cinematográficas», con un fino sentido del humor «que hace a la gente reirse pero también les pellizca el estómago».
Así, han comentado que, fuera del patio de butacas, colocan un cartel para que los espectadores pongan sus opiniones tras ver la obra y que las más repetidas son: «es como la vida misma» o «todavía estoy dándole vueltas».
También han resaltado que, durante los 16 años que llevan al frente de Titzina Teatro, han estrenado solamente cuatro obras, pues cada una de ellas lleva «un trabajo de documentación muy grande de casi dos años» y otros tres de gira.
Y han precisado que, concretamente para «Distancia siete minutos», se documentaron hablando con los internos de la cárcel modelo de Barcelona, donde hicieron también el primer pase y donde tuvieron la oportunidad de escuchar a un preso decir: «me he dado cuenta de que los jueces también son personas».
Dicho esto, han resaltado que sus obras «no tienen moraleja» y que buscan espectadores «activos» que, a partir de los elementos que ellos aportan, «rellenen con su imaginación los espacios vacíos, no sólo en cuanto al contenido, sino también en cuanto a la escenografía y la luz, ya que la puesta en escena busca «lo esencial», ha resaltado Pako.
Además de la representación de las 20:00 horas, a las 11:00 horas también de mañana, viernes, habrá un pase para escolares de la provincia.