El hall del edificio Melchor de Macanaz de Albacete acoge la exposición fotográfica «Hospital Sueco-Noruego», en la que se muestra a través de diferentes vitrinas y una veintena de paneles la solidaridad internacional de los pueblos sueco y noruego al reconvertir un edificio de la ciudad alicantina de Alcoy en un hospital que atendió a más de 1.000 pacientes durante la Guerra Civil española. La exposición, que tiene previsto viajar a Valencia y al Museo de la Universidad de Alicante, se enmarca dentro de las actividades que el Centro de Estudios y Documentación de las Brigadas Internacionales (Cedobi) ha programado con motivo del 75 aniversario de la salida de las Brigadas de España.
La muestra ha sido inaugurada durante un acto presentado por el vicerrector de Transferencia y Relaciones con Empresas, Pedro Carrión, que ha estado acompañado por el director del Instituto de Estudios Albacetenses (IEA) y codirector del Cedobi, Antonio Selva; el concejal de Solidaridad de Alcoy, Jordi Tormo; el profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) Manuel Requena, y el comisario de la exposición, Ángel Beneito.
Para el vicerrector, esta exposición es una forma de rendir homenaje a la «sorprendente contribución de estos dos pueblos escandinavos, que fueron capaces de aportar tal cantidad de fondos que superaron las expectativas iniciales, dando lugar a la constitución de un hospital totalmente equipado con medios técnicos y personal sanitario»,-indicó Pedro Carrión. «Una muestra de solidaridad sin fronteras», en palabras de Antonio Selva, quien señaló que con este tipo de exposiciones, el pasado nos ayuda a comprender el presente.
Un 25 de abril de 1937, lo que se construyó en la ciudad de Alcoy como una Escuela Industrial, se reconvirtió en un hospital, gracias a la recaudación de fondos que llevaron a cabo los comités de Ayuda a España que se formaron en Noruega y Suecia durante la Guerra Civil española.
Una expedición escandinava formada por unas 30 personas, entre médicos, enfermeras, sanitarios o chóferes, entre otros, llegó a Alcoy, ciudad alejada del frente, para hacerse cargo de los enfermos y heridos que hasta allí llegaban. Durante meses los escandinavos se hicieron cargo del hospital, realizando cientos de intervenciones quirúrgicas y llegando a atender a más de 1.200 pacientes, de los cuales sólo murieron siete.