Durante esta semana han regresado a la Biblioteca de Castilla-La Mancha los ocho ejemplares del patrimonio bibliográfico español que han sido restaurados durante este verano por el Centro de Restauración y Conservación de Castilla-La Mancha. Los trabajos de restauración han sido llevados a cabo por la especialista Marisol Garrido.
Todos los años la Biblioteca regional participa en las campañas de restauración del patrimonio bibliográfico y documental que lleva a cabo el citado Centro con un lote de libros antiguos que necesiten recibir tratamiento especializado debido a su delicado estado de conservación. En este año 2015 se han seleccionado obras de los siglos XI y XVII, con diferentes grados de deterioro que han necesitado múltiples niveles de intervención.
El Compedio de las Tres Gracias de la Santa Cruzada.
El primero ha sido el Codex miscellaneus, un manuscrito del siglo XI en pergamino con letra visigótica a dos tintas, que es el ejemplar más antiguo que se conserva en la Biblioteca y que ha necesitado ser intervenido tanto en la encuadernación como en el cuerpo de la obra. El resto de libros son impresos publicados entre 1610 y 1688 en papel verjurado de una excelente calidad, aunque con distintos estados de deterioro. El papel utilizado en los ejemplares antiguos hasta mediados del siglo XIX se elaboraba de una manera artesanal con trapos de algodón y otras fibras trituradas lo que ha favorecido que se mantenga en buenas condiciones a lo largo de los siglos, no así las encuadernaciones de piel y pergamino más expuestas al uso y a las condiciones ambientales.
De ellos destacan los Diálogos de la naturaleza del hombre, de su principio y fin de Raimundo Sebunde, impreso en 1616 en los talleres madrileños de Juan de la Cuesta, imprenta conocida por ser el lugar donde vio la luz la primera edición de Don Quijote de La Mancha.
Otra obra curiosa es la Apología de la verdad del poeta y pintor sevillano Juan de Jáuregui a quien Cervantes atribuye su propio retrato. Es un pequeño volumen de 44 páginas sin encuadernar, impreso por Juan Delgado en Madrid. También de una imprenta madrileña, -en concreto la de Antonio González de los Reyes-, es la Vida y obras del venerable maestro Juan de Ávila publicada en 1674 y que ha recuperado las cubiertas de pergamino originales, además de limpiar el cuerpo del texto en su totalidad.
EL PRIMER ATLAS DE MAR IMPRESO
Una de las joyas restauradas ha sido Dell’arcano del mare de Robert Dudley, publicado en Florencia en el año 1646. Es un compendio de los conocimientos sobre navegación que existían en la época y está considerado el primer atlas del mar impreso. La obra incluye una numerosa variedad de cartas de navegar y mapas con partes móviles muy frágiles que estaban algo deterioradas por el uso y que han sido restauradas a través de un trabajo muy complicado.
El libro que presentaba mayor grado de deterioro eran los Poemas de la única poetisa americana, musa dezima, soror Juana Inés de la Cruz. Impreso en Zaragoza por Manuel Román en el año 1682 ha necesitado intervenciones tanto en la encuadernación, como el cuerpo de la obra.
Por último, también han sido restaurados el Compendio de las tres gracias de la Santa Cruzada, recopilado por Alfonso Pérez de Lara y publicado en Madrid por la Imprenta Real en 1610, y las Burlas de la fortuna de Giovanni Francesco Loredano, impreso en 1688 para, según indica en la portada, probar nuevos caracteres de imprenta fabricados en España.