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15/12/2014junio 8th, 2017

La existencia de una biblioteca de uso público en el Alcázar de Toledo es muy anterior a la creación de la actual Biblioteca de Castilla-La Mancha (1998), ya que en 1878 se habilitó una zona como biblioteca que funcionó hasta el incendio del edificio en 1887 y, después, entre los años 1900 y 1936.

El Archivo Municipal de Toledo ha publicado hoy seis nuevos documentos históricos en su web (www.ayto-toledo.org) con el objetivo de «difundir la cultura» y que los ciudadanos conozcan más sobre Toledo y su historia, según ha explicado a Efe el archivero municipal, Mariano García-Ruipérez.


Ha añadido que siempre muestran los documentos a los que aluden para que la sociedad conozca la riqueza del Archivo y las fuentes a las que acuden.

El 16 de octubre de 1998 se inauguró la Biblioteca de Castilla-la Mancha en su nueva sede en el Alcázar de Toledo, pero 110 años antes ya se había instalado en el mismo edificio una biblioteca de uso público, a cargo de la Academia de Infantería que se trasladó al Alcázar en octubre de 1875.

En otoño de 1878 se habilitó una sala para biblioteca en la que se podían consultar los libros relacionados con las materias que se impartían en la Academia.

Según las fotografías que muestra el Archivo, era una sala de techos altos, con armarios de madera en las paredes, que estuvo funcionando hasta el incendio del Alcázar ocurrido el 9 de enero de 1887.

Después, los cadetes volvieron a ocupar el edificio en 1900 y se habilitó, de nuevo, una biblioteca en una sala diferente, que incluía una escalera de caracol para acceder a los armarios de la planta superior.

Según otra fotografía de este momento, realizada en 1910, los libros se agrupaban por temas como políticas y jurídicas, historia, arqueología, literatura y filología y lingüística.

El archivo también muestra una última fotografía de esta biblioteca, tomada tras el asedio del Alcázar durante la Guerra Civil, que refleja el triste estado en que quedaron libros, muebles y enseres.

En septiembre de 1948 la Academia de Infantería retomó su labor docente junto al castillo de San Servando, y el Alcázar no volvió a convertirse en biblioteca hasta el 16 de octubre de 1998, cuando se inauguró la Biblioteca de Castilla-La Mancha.

Otro de los documentos que muestra desde hoy el Archivo de Toledo también tiene relación con la Guerra Civil: una postal remitida por un padre a su hijo el 19 de abril de 1937, con un sello de correos (de 15 céntimos) con la leyenda ‘República Española’ que reproduce el retrato de la escritora Concepción Arenal.

«En medio de un mundo que se derrumba y de una España destrozada, lo que le preocupa a este padre es que su hijo estudie», subraya el archivero enfatizando el interés de esta postal escrita por un militar a su hijo, que residía en Lugo, y en la que no le habla de guerra ni odio sino que le anima a estudiar.

Otro documento expuesto recoge el curioso desencuentro ocurrido en octubre de 1899 entre el alcalde en funciones de Toledo, Teodoro San Román, y tres policías que dependían del gobernador civil.

En la calle de la Prensa desaparecían faroles y bombillas y cuando San Román quiso comprobar las quejas de la compañía eléctrica se encontró en el lugar a dos agentes y un cabo «en dulce coloquio» con unas prostitutas.

El alcalde les recriminó su comportamiento, los agentes le respondieron «muy descompuestos» que no dependían de él y los concejales de la Corporación convocaron una sesión ‘secreta’ de la corporación que nombró una comisión para visitar al gobernador civil y protestar por el «desacato» de los agentes.

De aquella reunión secreta no hubo acta, pero un edil se lo contó al periódico republicano La Idea, que publicó la historia el 14 de octubre de 1899. 

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