A dos días de que finalice el año de conmemoración del cuarto centenario de la muerte del Greco, el Archivo de la Catedral de Toledo ha dado a conocer dos recibos firmados por el pintor cretense que recogen cantidades de dinero que recibió por la pintura y el retablo de ‘El Expolio’.
En los dos documentos puede apreciarse la delicada caligrafía de Doménico Theotocópuli e históricamente tienen «más peso» que cualquier otro apunte contable que se conociera porque en ellos ha intervenido directamente la mano del artista, según explica en una entrevista el técnico del Archivo y Biblioteca de la Catedral de Toledo, Isidoro Castañeda.
La relación entre el Greco y la Catedral de Toledo fue «tumultuosa» y, aunque la previsión era que fuese duradera finalmente se limitó al encargo de ‘El Expolio’, una de las obras cumbres del pintor que está ubicada en la restaurada Sacristía del templo primado.
Hasta ahora, la información que conocían los historiadores del arte sobre este trabajo se conservaba en los denominados libros de Obra y Fábrica de la Catedral de Toledo: una serie de apuntes de pagos realizados que se extienden entre 1577 y 1586.
Sin embargo, en estos no aparece el autógrafo del pintor cretense, ya que son documentos «en limpio».
Donde sí está la firma de Doménico Theotocópuli es en los dos documentos «individuales» que han salido a la luz este año y que, según explica Casteñada, son recibís, o sea «copias en sucio» que forman parte de los legajos del fondo de Obra y Fábrica.
El primero está fechado el día 3 de noviembre de 1578 y recoge el cobro por parte del pintor de 12.600 maravedíes, que se vendrían a sumar a los 400 reales cobrados por adelantado a cuenta del cuadro. Este es el libramiento que pasaba después «a limpio» en los libros contables.
El segundo recibo fue firmado por el Greco el 1 de abril de 1586 y es un justificante de haber cobrado 13.600 maravedíes por el retablo del cuadro, una parte del cual se conserva todavía hoy. En concreto, se trata de la escena de la imposición de la casulla a San Ildefonso por parte de la Virgen.
«Este pago está haciendo alusión a la faceta del Greco no sólo como pintor sino también como escultor, como trazador del retablo», expone Castañeda.
El concepto de pago, según aparece escrito en el recibo, es por «el ornato de madera que ha de hacer para el cuadro de pintura que tiene hecho para el vestuario del Sagrario (lugar para donde había pintado el cuadro) de la historia del expolio de nuestro Señor».
El técnico del Archivo de la Catedral de Toledo señala que estos dos documentos han aparecido en el complejo proceso de catalogación que realizan desde hace dos años y detalla que forman parte de los libramientos de «Dorar y Pintar».
Otro de los documentos que se guardó en la Catedral de Toledo, pero que no ha llegado hasta nuestros días, recoge el pleito surgido por el desacuerdo entre el Greco y el Cabildo catedralicio en relación a la tasación de ‘El Expolio’.
Castañeda relata que para resolver el conflicto ambas partes recurrieron, como era habitual en la época, a sus tasadores de confianza, sin embargo la diferencia de valoraciones seguía siendo amplia: los llamados por el artista tasaron el cuadro en 900 ducados y los de la Catedral lo hicieron, a la baja, en 227 ducados.
Finalmente, se requirió la intervención de un tasador independiente, en este caso el platero que trabaja para la Catedral, que fijó el precio de ‘El Expolio’ en 350 ducados.
El responsable del Archivo advierte de que el pintor «debía tener mucho carácter, mucha conciencia de su valor como artista», una mentalidad que había conocido en Italia y que no estaba todavía implantada en España, y que hizo incluso que el Cabildo le llevase por estos litigios a una instancia judicial externa, el Ayuntamiento de Toledo.
La historia del pleito se conoce por la transcripción que en 1870 hizo un estudioso sobre el documento que aún guardaba en esa época la Catedral de Toledo y que, de momento, no ha aparecido.