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Es la propuesta de "Mossto" 09/12/2012junio 13th, 2017

Unos tacones que puedan cambiar de altura con tan solo un gesto y que además ofrezcan la posibilidad de personalizarse, como incorporar cristales de Swarovski o acabados metálicos, es la última moda en calzado que apuesta por conjugar en un mismo par de zapatos la comodidad con la elegancia.

Esta es la propuesta de Mossto, una empresa de Almansa (Albacete), que fabrica zapatos con tacones desmontables y ofrece a las clientas la posibilidad de calzar el mismo par en dos alturas: cuatro y ocho centímetros, tal y como explica en una entrevista a Efe el director general de la empresa, Juan Ángel Monteagudo.


La idea, recuerda Monteagudo, surgió en una boda, cuando los socios de la empresa se percataron de que, llegado un momento de la celebración, las invitadas cambiaban sus zapatos de fiesta y tacón alto por otros planos.

«A raíz de esa experiencia nos planteamos por qué no intentar hacer un zapato de tacón que pueda cambiar de altura sin perder su estilo», explica.

Para lograrlo, Mossto cuenta con «tres pilares básicos», el primero, una «horma optimizada», el «gran secreto del zapato» que permite que sea cómodo a 8 y a 4 centímetros de altura.

El segundo elemento que ha permitido el éxito de estos zapatos es la utilización de materiales elásticos, casi siempre pieles naturales, pero que sometidas a un proceso de elastificación, permiten que el «zapato evolucione» y se adapte perfectamente cuando se cambie la altura del tacón.

Y el sistema de intercambio de tacones es el tercer pilar de este innovador zapato, en el que por un lado se combina el diseño de las piezas intercambiables y, por otro, se cuenta con unos imanes de nueva generación que permiten la fijación de las piezas.

Con esta idea de zapato «que evoluciona», Mossto diseña zapatos de salón con punta abierta y con punta cerrada, botas altas, botines, sandalias y zapatos abotinados.

Por estas fechas, Mossto tiene a la venta ya su tercera colección, para la que han creado dos líneas, una de ellas denominada «Equal», que se fija en una mujer urbana que «tiene que moverse en diferentes entornos y en la que el zapato no es un impedimento, sino un elemento que ayuda a llevar ese ritmo de vida».

«Exception» es la segunda línea que incorpora modelos de fiesta, para utilizar en «ocasiones más especiales» y que -explica Monteagudo- «funciona mu bien porque hay mujeres a quienes les gustan tacones, pero al no estar muy acostumbradas a llevarlos mucho tiempo, se les da una alternativa para que puedan usar un zapato de fiesta sin ningún problema y, en cualquier momento, cambiar la altura sin perder el estilo».

Como novedad, y en homenaje a las novias, puesto que fue en una boda donde surgió la idea, Mossto ha diseñado una línea especial para ellas.

Sin embargo, la segunda revolución de estos zapatos llega con la posibilidad de personalizar el tacón, con la elección del color o la incorporación de elementos decorativos, como cristales de Swarovski, piezas de ámbar, acabados metálicos o piel de reptil.

Monteagudo detalla que estos tacones personalizados se realizan por encargo, por lo que las clientas realizan el pedido y lo reciben tras su elaboración.

Estos adornos también se podrán poner y quitar con facilidad, para «poder jugar y combinar el tacón con la ropa que se lleve ese día».

Pero Mossto, que vende sus zapatos tanto en tiendas multimarca como a través de su página web, no limita su mercado al español, sino que ya ha llegado a países como Bélgica, Italia y Japón y también ha iniciado los contactos para ampliar el mercado a Chile, Alemania o Israel.

Con todo, Monteagudo se muestra satisfecho de la acogida que han tenido sus zapatos en el mercado, porque «en una colección se venden unos 5.000 pares y temporada a temporada, el crecimiento en las ventas es constante».

Para continuar con la expansión, Mossto se plantea lanzar al mercado una línea más asequible.

A día de hoy, estos zapatos cuestan unos 150 euros, porque «siempre se utilizan materiales de alta calidad y están totalmente hechos en España», pero trabajan para, sin restar ni un ápice de esa calidad, «se pueda democratizar un poco la idea».

«Vamos a intentar acercar el zapato a la mujer, para que se lo puedan poner. La empresa nació con el espíritu de solucionar un problema y esa sigue siendo nuestra base», asevera Monteagudo.

Y todo ello, sin perder de vista el diseño de la colección de los zapatos del invierno de 2013, en la que se lanzarán a introducir colores como morados, verdes y rojos, y combinar texturas, como acabados de reptiles y variedad de napas.

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