Un total de 50 relatos y 350 fotografías antiguas dan forma a «Rincones Perdidos de Oropesa», escrito por José Manuel Gutiérrez Rodríguez, quien ha indagado en la historia de esta localidad toledana para sacar a la luz sus costumbres y tradiciones, su patrominio, su historia, sus personajes ilustres… todo ello gracias a la abundante documentación que se conserva de Oropesa en los archivos.
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El propio autor explicaba a encastillalamancha.es que su objetivo ha sido escribir un libro de sencilla lectura dirigido a todos los públicos y dar a conocer lo que fue y ha sido Oropesa, «que sus habitantes a través de estos breves relatos conozcan el pueblo».
En sus 210 páginas cuenta la estancia de San Juan de Dios en Oropesa, los años de la Guerra Civil o como, dentro de las tradiciones, hacia el año 1600 el municipio solía pagar a Toledo para llevar allí la Tarasca. Otras curiosidades que se presentan ante el lector es que en 1923 el pueblo ya tenía un equipo de fútbol; o que en el siglo XVII no había festividad que no se celebrase con un espectáculo de toros. Pocos saben, además, que Oropesa compró el reloj de la plaza a Antonio Canseco, el mejor relojero que había en España en la época.
Cada artículo va acompañado de imágenes antiguas, en algunos casos, de destacados figuras como Charles Clifford, fotógrafo de la reina Isabel II, quien estuvo en Oropesa en 1857 y cuyas instantáneas han servido incluso para restaurar el patrimonio arquitectónico.
El libro ha tenido una gran aceptación entre sus vecinos. «La gente me dice que se queda con ganas de saber más cosas», indicaba José Manuel Gutiérrez, un trabajador del Parador que lleva más de 30 años escribiendo sobre Oropesa. Asegura que su obra no habría sido posible sin los numerosos escritores e historiadores que ha tenido el municipio y que han sido notarios del devenir de los siglos, dejando abundante documentación en los archivos.