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Más de cien coches clásicos para revivir las mejores escenas del cine español 27/07/2013junio 12th, 2017

El recorrido por los más de cien vehículos clásicos del Museo de coches de cine de Yuncos (Toledo), propiedad del coleccionista Vicente Pavía, permite a sus visitantes rememorar escenas del cine español como las persecuciones de «El Pera» en «Volando Voy» o las escenas circenses de «Balada Triste de Trompeta».

Hace más de 25 años que Vicente comenzó su colección de coches antiguos, sin embargo, no fue hasta 1998, cuando ya tenía alrededor de 150 vehículos, cuando decidió fundar, junto a sus hijos, Vicente y Javier, una empresa de alquiler de coches para productoras cinematográficas y publicitarias.


En 2003, se instalaron en el municipio de Yuncos (Toledo), muy próximo a Madrid, donde adquirió una nave que había sido una antigua granja y decidió que «crear un museo era una buena forma de sacar más partido a los coches», relata a Efe Vicente.

El museo, que se abrió hace dos semanas, alberga 110 coches de los 200 que pertenecen a su colección privada, y excepto dos modelos, el Citroën Kegresse que utilizó Alfonso XIII para ir de caza y otro que sirvió a la Duquesa de Montpensier, el resto han aparecido en películas como «Volver», «Miel de naranjas», «Noche de Reyes» o «El espinazo del Diablo».

«La mayor parte de los coches los compramos nosotros porque nos gustan y después aparecen en las producciones», explica Vicente.

Sin embargo, al ampliar el negocio y crecer los encargos, comenzaron a comprar coches basándose en unas características predeterminadas que les encargaban, como la furgoneta Ebro F 108 que usaron Carlos Areces y Antonio de la Torre en «Balada Triste de Trompeta», o el Austin Healey BJ8 de 6 cilindros que conduce el Super de Mortadelo y Filemón.

Según detalla, el trabajo con los coches es laborioso, ya que, en muchas ocasiones requieren cambios de color, retocar pequeños detalles de la parte exterior e interior o incluso disfrazar por completo los vehículos para convertir un turismo de uso común en un coche de policía ruso de los años 60.

«A mi hijo Vicente lo han tiroteado ya tres o cuatro veces», ha contado Pavía para explicar que en la mayoría de las películas son él o sus hijos quienes conducen los coches bien como figurantes, como en «Blancanieves», en la que conduce su hijo Javier en las escenas lejanas, o en pequeños papeles, caso de su hijo Vicente en el papel de chófer Saturnino, en la serie «La República».

En este sentido, Vicente ha confesado sentirse tranquilo si quien tiene que conducir alguno de sus coches es Imanol Arias ya que, «es un actor muy profesional y conduce muy bien», como hizo con un camión Ford de 1940 para la película «Pájaros de Papel».

Entre los rodajes que recuerda como los más complicados ha destacado el de la película «Che: Guerrilla», que Steven Soderbergh rodó en los Montes de Toledo en 2008 y para la que tuvieron que transportar 14 camiones que venían de Canarias hasta Aranjuez en góndolas.

También el rodaje de «Volando Voy», en el que tenían que filmar con más de 40 coches repartidos por diferentes calles de Madrid las escenas de las vertiginosas persecuciones.

En el museo pueden verse dos vitrinas, una con una colección de juguetes antiguos y otra con latas de época, además de una sección dedicada a los coches de la segunda película de «Mortadelo y Filemón» dirigida por Miguel Bardem.

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