El escritor Víctor del Árbol, ganador del premio Nadal por «La víspera de casi todo», estuvo el pasado martes 21 presentando su última novela, «Por encima de la lluvia», en el Festival Cibra. La librería Taiga de la capital regional acogió al público toledano aficionado a sus novelas. Una tarde para hablar cara a cara con el autor, pedir autógrafos y sacarse fotografías.
En una entrevista previa con encastillalamancha.es, Víctor del Árbol habló sobre sus inquietudes como escritor y sobre cómo, después del Premio Nadal, se sintió liberado para expresarse en un tono más íntimo y buscar sus límites como escritor.
Un momento marcado por las emociones y unas novelas marcadas por el dolor
La situación no es ajena al escritor y en un momento dominado por profundos cambios que vive España y el mundo, Víctor del Árbol es especialmente sensible a las emociones: «Es un momento muy interesante a nivel de identidad, de nuestra identidad como individuos y como sociedades, y de la redefinición de lo que es la identidad. Me interesa explorar lo que va más allá de la identidad lógica y racional, y que es la identidad emocional. Me intersa trabajar la percepción de los grupos a través de las emociones».
En este punto aclara que las emociones atraviesan un momento de confusión, hasta tal punto que la sociedad a menudo le cuesta identificarlas: «Las emociones son lo que mejor nos define, es aquello que nos queda más instintivo dentro y las emociones en el siglo XXI, el siglo de la posverdad, el populismo, el miedo al otro, etc., se confunden muy a menudo con la emotividad. La emotividad no es más que la superficie de las emociones, es la expresión del arrebato de las emociones. Me preocupa la banalización de las emociones: a cualquier cosa llamamos amor, a cualquier cosa llamamos religión y a cualquier cosa llamamos amistad».
[ze_summary text=»Me preocupa la balización de las emociones: a cualquier cosa llamamos amor, religión, amistad…»]Me preocupa la balización de las emociones: a cualquier cosa llamamos amor, religión, amistad…[/ze_summary]Si hay una emoción que predomina en sus novelas, esa es el dolor, tal y como el autor reconoce: «En ese sentido soy un poco antiguo, un poco decimonónico. No solo formalmente, sino por los temas que trato. Creo que el dolor nos relaciona directamente con nuestra condición. Los seres humanos nacemos para buscar la felicidad y vivir en la infelicidad. Es la contradicción que expresaban los griegos a través del drama y como buen lector es una relación que me atrae».
«Por encima de la lluvia», la última novela de Víctor del Árbol
Desde Tánger a Malmo, «Por encima de la lluvia» sigue a Miguel y Helena, una pareja de jubilados para los que la vida ya no guardaba ninguna sorpresa, o eso pensaban: «Cada una de mis novelas nace de una pregunta que me ronda y que en algún momento encuentra la manera de vehicularse. En el caso de ‘Por encima de la lluvia’ es por qué le tenemos tanto miedo a la muerte, cuando en realidad deberíamos tenerle miedo a no vivir. Ese es el punto de partida de esta novela que intenta demostrar que vivir y sobrevivir no son la misma cosa».
Asegura que en esta última obra hay un cambio absoluto de estilo narrativo: «Tenemos la tendencia natural a hacer categorías. A mí se me ha etiquetado como escritor del género de la novela negra. Yo nunca me he sentido como escritor de novela negra y después del Premio Nadal me sentí más liberado para explorar otro tipo de novela más activista, sin tanto contexto histórico. Esta última es una historia que he escrito para sentirla, para tener un diálogo con los personajes. El tono es más íntimo, no hay un ejercicio estilístico».
[ze_summary text=»La cuestión es por qué le tenemos miedo a la muerte cuando deberíamos tenerlo a no vivir»]La cuestión es por qué le tenemos miedo a la muerte cuando deberíamos tenerlo a no vivir[/ze_summary]«La víspera de casi todo» le valió el reconocimiento del premio Nadal y hace solo unas semanas fue nombrado caballero de las Artes y las Letras por la Academia Francesa. Sobre esta última novela las cosas no van nada mal, aunque Víctor del Árbol maneja este éxito con sobriedad: «Los premios o los fracasos son anecdóticos. No soy una persona preocupada por el reconocimiento. El único premio que yo puedo tener como escritor es ver mi propia imposibilidad, ser cada vez lo mejor escritor que pueda ser».
[ze_summary text=»El único reconocimiento que yo puedo tener como escritor es ver mi propia imposibilidad»]El único reconocimiento que yo puedo tener como escritor es ver mi propia imposibilidad[/ze_summary]La escritura para Víctor del Árbol es, al fin y al cabo, un ejercicio personal que le permite mantener un diálogo con aquellos lectores con los que comparte una preocupación: «Yo no creo que la literatura te vaya a salvar de nada, pero sí creo que te ayuda a ver la realidad. Yo busco compartir aquello que a mí me preocupa; y creo que el lector agradece esa honestidad».