El castillo de Peñas Negras es la ocupación más antigua del cerro del castillo de Mora y se remonta a periodos prehistóricos y protohistóricos. Recuerdan que la primera mención de Mora surge en la Edad Media, concretamente en la etapa islámica, y además aparece en las crónicas de Ibn Hayyan, haciendo referencia a la expedición de castigo que el califa Abderramán III emprendió contra la rebelde ciudad de Toledo.
El castillo fue entregado en 1171 a la Orden de Santiago, con el fin de que los monjes soldado defendiesen y repoblasen la zona. Más tarde Felipe II, en 1568 segregó Mora de la Orden de Santiago y la vendió al regidor toledano Francisco de Rojas, manteniendo el castillo en régimen de tenencia con reparos y armamento a cargo del rey.
Ya en el siglo XVIII se dice que es una fortaleza en decadencia; mientras que un siglo más tarde, Pascual Madoz se refiere al inmueble como «famoso castillo ya arruinado». Y en la Guerra de la Independencia, ante la amenaza de ataque por parte de las tropas españolas, el general Dijon ocupa la población con un destacamento; no se conoce qué papel desempeña la fortaleza, que por aquel entonces ya estaba en estado ruinoso.
En la Guerra Civil, el Castillo de Peñas Negras fue ocupado por las tropas republicanas, acondicionándolo a modo de puesto fortificado, según el relato de la asociación. Desde el 15 de enero de 1970, el Castillo de Peñas Negras es propiedad del Ayuntamiento de Mora, y desde 2012, por permuta con los sucesores de los Condes de Mora, la sierra del Castillo es propiedad del mismo municipio.
Construido mediante la técnica de la mampostería, cuenta con una singular planta en forma de buque ya que, debido a la irregularidad del terreno, su estructura es alargada y estrecha. En el centro del recinto principal se ubica la torre del homenaje, que divide el espacio en dos partes hoy incomunicadas. Esta torre es de planta cuadrada y contó al menos con dos pisos. También se pueden encontrar en esta zona los restos de una atalaya.
Está catalogado como BIC, «pero, a pesar de que ha pasado por varias restauraciones, el castillo se sigue encontrando en mal estado de conservación». «El inmueble presenta, a rasgos generales, un progresivo deterioro que se evidencia en sus materiales constructivos y en su estructura», alertan desde la asociación.
El puente romano La Canasta se construyó sobre una calzada romana
Sobre el Puente Romano La Canasta, en San Martín de Montalbán, apuntan que fue construido en 1842 sobre la que debió ser una calzada romana secundaria que unía dos de las rutas más utilizadas en aquella época, la de Tarragona-Mérida y Ávila-Córdoba.
Enmarcado en un paraje de canchales, salva el río Torcón. La construcción fue realizada con sillares y en su estructura todavía conserva tres ojos enmarcados por arcos de medio punto; dos de ellos son de mampostería y el central es de fábrica de ladrillo.
Su tablero está desaparecido y de los estribos se insinúa dónde estuvo uno de los muros. «No goza de ninguna protección legal específica, pero todavía se conservan tres ojos del primitivo puente». Las partes que aún perduran, se encuentran actualmente en estado de ruina progresiva, sin recibir, aparentemente, ningún tipo de mantenimiento, por lo que corre peligro de derrumbe.