2-1: De nuevo el Villarrobledo volvió a dejar una buena imagen en un partido que volvió a perder. Se cumplió la tónica del equipo rojillo en esta su primera campaña en Segunda División B: toca más el balón que el rival, fabrica fútbol y ocasiones, pero de la media para atrás… peca de una alarmante bisoñez defensiva que le ha llevado a ocupar el farolillo rojo destacadamente.

El libreto se repitió una jornada más, esta vez en el flamante campo del flamante líder, un FC Cartagena que fue la quintaesencia del pragmatismo futbolístico, del oficio, del máximo rendimiento sacado a un fútbol -por lo menos hoy- raquítico.

Las carencias del Villarrobledo

Pero claro, tiene gol y sapiencia defensiva: de lo que adolece el Villarrobledo. Muy serio empezó el equipo rojillo, tocando y tocando, aunque sin crear peligro, hasta que llegó el creado por Toribio y Pablo García.

Pero el «Efesé» llegó y marcó: fue un buen servicio por su banda derecha al punto muerto en el eje del área chica que aprovechó el inevitable Santi Jara para, en escorzo, y aprovechando un grave fallo de marcaje visitante, mandar el balón a la red.

El Villarrobledo siguió a lo suyo tras el 1-0. Así, Agus Alonso tuvo una gran ocasión antes de que llegase el segundo zarpazo de Santi Jara, quien sacó una falta en la cruceta del área de forma magistral. Fue un tiro brutal, eléctrico, un fusilamiento en toda regla ante el que nada puede hacer cualquier portero del mundo. 2-0 y a la caseta.

La buena voluntad futbolística del Villarrobledo tuvo su premio en forma del 2-1: fue indecente el fallo de marcaje de un equipo tan poco goleado como el Cartagena en el lanzamiento del córner que dio origen al gol visitante. Agus Alonso entró como un obús para cabecear de forma académica -fuerza y potencia- en un golpeo que habría firmado el mismísimo Santillana.

De ahí al final, Toribio, Agus Alonso… amagaron con el empate y el talentoso Santi Jara con el 3-1 de tiro cruzado, pero el marcador no se movería.