Rosa Rodríguez, la historia de una vida salvada: «…Y le apliqué el bendito desfibrilador»
La deportista del club Toledo Orientación, premiada por la Diputación de Toledo a los "valores humanos", narra cómo salvo la vida a un compañero de equipo, el bombero Joaquín González
Uno de los premios de la XXV Gala del Deporte de la Diputación de Toledo es muy especial: «A los valores humanos» a Rosa Rodríguez Sánchez, la enfermera toledana y deportista del club «Toledo Orientación», que pasó por la enorme experiencia, nada menos, de salvar la vida a una persona, el bombero Joaquín González Pérez, miembro también del citado club.
[ze_summary text=»…Ella estaba tomando café junto a otras personas «]
…Ella estaba tomando café junto a otras personas [/ze_summary]
La historia la cuenta ella misma. Fue en una prueba de orientación celebrada el año pasado en Palacios de la Sierra (Burgos), en la que Rosa acudió a competir en la prueba matutina de monte, no así en la de tarde, que se desarrollaba por el pueblo. Por eso a la llegada de esta segunda prueba, cuya zona de descarga tenía lugar en los soportales del Ayuntamiento, ella estaba sentada tomando un café junto a varias personas.
Los acompañantes de Rosa Rodríguez
Entre ellos, su esposo, Diego; el secretario del club toledano, Pepe Márquez; y la mujer del «otro» protagonista de esta historia, Estrella Peña.
[ze_summary text=»Joaquín, tendido en el suelo, tenía una herida en la frente y una brecha en la ceja»]
Joaquín, tendido en el suelo, tenía una herida en la frente y una brecha en la ceja[/ze_summary]
A la llegada a meta, Rosa se levantó porque vio en la zona de descarga a alguien con una camiseta del club tirado en el suelo. Ella, que es enfermera, fue a atenderle; ya la atendían miembros de la Cruz Roja. Comprobó que la persona que estaba inerte tenía una herida en la frente y una brecha en la ceja. Y, lo peor, que sufría dificultades para respirar.
Estra persona era su compañero de equipo Joaquín González, bombero, entrenador de la escuela del club y miembro de la Federación de este deporte.
Acto seguido, Rosa Rodríguez pidió un desfibrilador porque Joaquín sufría una parada cardiorrespiratoria. E hizo uso de él, recuerda, admitiendo que el desfibrilador, por antiguo que fuera, le salvó la vida («los modernos son mucho más fáciles de manejar», constata).
A Rosa la ayudaron una doctora y otras dos enfermeras más; solo conocía a una de estas dos últimas, Vero, que milita en el club burgalés de Orientación.
[ze_summary text=»Fue una situación muy difícil y desconcertante"»]
Fue una situación muy difícil y desconcertante"[/ze_summary]
«Él» (por Joaquín) no era consciente de lo que pasaba, intentó incorporarse, no se daba cuenta de nada», sigue relatando unos momentos muy tensos y desconcertantes para todos, una situación muy difícil: «Se rompió el soporte de la ambulancia, llegó un helicóptero que no pudo aterrizar en la plaza, se volvió a ir, al final una ambulancia de sorporte básico trasladó a Joaquín al lugar donde se emplazó el helicóptero y de ahí lo llevaron a que lo atendieran», recuerda.
El premio de la Diputación le ha hecho «mucha ilusión» a Rosa Rodríguez: «No sabía por qué me iban a premiar. Me pilló desprevenida. Luego ya me caí del guindo», concluye.