Cómoda victoria la que logró este sábado el Recoletas Valladolid, que se estrenaba en su feudo, ante un peleón Guadalajara que, a pesar de tener siempre el marcador en contra, no bajó los brazos, aunque no logró frenar la efectividad rival ni fue capaz de romper su barrera defensiva.
Los vallisoletanos salieron con la premisa de imponer un ritmo alto al partido que favoreciera su juego y la intensidad se convirtió en protagonista. El orden defensivo y la actuación de César Pérez en la portería permitieron un parcial de 7-4 que obligó a Mariano Ortega a solicitar un tempranero tiempo muerto.
Pero no le sirvió de mucho la arenga, puesto que el conjunto local se había convertido en un muro defensivo difícil de franquear y además se añadía que el juego ofensivo fue efectivo, con Ugarte como dueño del pivote y con una buena continuidad de los extremos, lo que hizo incrementar la ventaja al Recoletas (17-12).
Jorge Serrano, que estuvo a un altísimo nivel en la primera mitad, y Bodí, dejaron el marcador en el 18-13 con el que se llegó al descanso.
El equipo de David Pisonero siguió mejorando sus prestaciones, manteniendo una seria defensa, bien culminada en César Pérez, e imprimiendo un mayor ritmo en ataque, que se tradujo en el electrónico, el cual reflejaba un 24-16 en el minuto 39. Este parcial trajo consigo un nuevo receso de Mariano Ortega.
Pero aunque el Guadalajara se entregó por completo para tratar de recortar las diferencias, lo cierto es que no pudo hacer nada ante un rival que tenía las ideas muy claras, que se mostró como un bloque compacto y que apenas realizó concesiones, por lo que no tuvo problemas para amarrar el triunfo.