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Nunca es tarde 24/06/2013junio 12th, 2017

El albaceteño Óscar Sevilla ganó la Vuelta a Colombia 2013 con 20 segundos de ventaja respecto al segundo clasificado, el colombiano Álex Cano.
Sevilla quedó tercero en la última etapa, una contrarreloj de 27 kilómetros en la ciudad de Medellín, con un tiempo de 33 minutos y un segundo, por detrás de Rafael Infantino, ganador de la etapa con 32:30, y de Cano (32:55).

Óscar Sevilla, quien fuera la gran promesa del ciclismo español hace más de una década y cuya carrera se vio truncada al salpicarle el escándalo de dopaje de la Operación Puerto, ganó la Vuelta a Colombia y a sus 36 años vive una segunda juventud.


Nacido en el otoño de 1976 en Ossa de Montiel, un pequeño municipio de la provincia de Albacete, Sevilla brilló en las categorías inferiores como un escalador puro, una condición que llamó la atención al técnico Vicente Belda, que lo fichó en 1998 para dar el salto al profesionalismo.

En las filas del equipo Kelme debutó en 1999 en el Giro de Italia, ronda en la que se clasificó decimotercero y en el 2000 en la Vuelta España, acabando en la posición 14.

Ya en sus primeros años, obtuvo las primeras victorias importantes al ganar una etapa en el Tour de Romandía en 1999 o al imponerse en el Memorial Manuel Galera y en el Trofeo Luis Ocaña en el año 2000.

El 2001 fue el año de su consagración: brilló en su debut en el Tour de Francia, donde quedó séptimo en la general y ganó el maillot blanco al mejor joven y quedó segundo en la Vuelta España, después de lucir el maillot amarillo de líder durante 12 etapas.

LA FATÍDICA OPERACIÓN PUERTO

Pero la carrera de Sevilla se vio salpicada por la Operación Puerto: la desarticulación de una red de dopaje liderada por el doctor Eufemiano Fuentes.

La Guardia Civil lo identificó como uno de los clientes de Fuentes y aunque nunca fue sancionado por la justicia española el T-Mobile, equipo por el que había fichado un año, antes lo expulsó de sus filas junto a Jan Ullrich.

Tras ese escándalo Sevilla tuvo problemas para encontrar un equipo con el que competir y en una entrevista realizada a finales de 2007 reconoció que había «llorado mucho» al sentirse como «un leproso que puede contagiar a los demás».

Pero fue entonces cuando el corredor manchego inició una nueva etapa de su carrera al combinar competencias sobre todo en España, con otras en América Latina, especialmente Colombia y México.

En 2009 ganó la Vuelta a Chihuhaha (México), que en ese entonces era profesional, y la Vuelta a Cundinamarca (Colombia).

Un año después empezó su andadura por equipos colombianos de tipo aficionado y ganó la Clásica de Anapoima, la Vuelta a Antioquia y la Vuelta a México, también profesional.

Con el equipo Orgullo Paisa corrió la Vuelta a Colombia en la que ganó la última etapa y fue segundo en la general por detrás de su compañero de equipo Sergio Henao.

Afincado en Colombia desde hace años, Sevilla contrajo matrimonio con una colombiana, Ivone, y tiene con ella dos hijas en este país.

En el 2012 además, obtuvo la doble nacionalidad.

Pero ha sido a sus 36 años y por las calles de Medellín que Óscar Sevilla consagró su carrera en este país latinoamericano al imponerse en la clasificación general de la Vuelta a Colombia, con tan solo 20 segundos de ventaja sobre el colombiano Álex Cano.

Con 27 kilómetros de contrarreloj individual, Sevilla no permitió que se repitiera la historia de 2001, cuando Ángel Casero le arrebató el maillot amarillo de la Vuelta a España en una cronometrada.

El manchego pedaleó con fuerza y entró en la meta tercero de la etapa, a tan solo 31 segundos del primero, Rafael Infantino, y a seis de Cano, que aspiraba a arrebatarle la victoria. Una auténtica segunda juventud para Sevilla.

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