El Atlético de Madrid recuperó el liderato, que momentáneamente le había arrebatado el Barcelona Intersport, tras imponerse por 38-24 al Ciudad Encantada, gracias a un espectacular encuentro del portero José Javier Hombradas que cimentó con sus paradas una nueva goleada del conjunto rojiblanco.
Determinado a recuperar el liderato, que un día antes le había arrebatado el conjunto azulgrana tras su contundente victoria sobre el Antequera, el equipo madrileño salió dispuesto a lograr cuanto antes los 11 goles de ventaja que necesitaba para recuperar la primera plaza.
Un objetivo que pareció al alcance de la mano de los rojiblancos gracias al fulgurante arranque de los de Talant Dujshebaev, que, a los seis minutos, de juego ya contaban con cinco tantos de diferencia, tras un contundente parcial de 6-1.
Pero las prisas nunca son buenas y el Atlético pareció empeñado en sumar antes el ansiado undécimo gol ventaja que el séptimo, lo que provocó un sinfín de errores en el ataque estático de los locales, que vivió más que nunca del infalible brazo del macedonio Kiril Lazarov.
Errores que dieron un motivo para creer a un hasta entonces desbordado Ciudad Encantada de Cuenca, que comenzó a mostrar los argumentos que han convertido a los conquenses en uno de los equipos revelaciones de la temporada.
Sustentados en defensa por las paradas de un acertado Álvaro de Hita y enganchados en ataque a la inteligencia de Ángel Pérez de Hinsestrosa, el conjunto de Zupo Equisain redujo las distancias hasta situarse a tan sólo un tanto (7-6) cercano el ecuador de la primera mitad.
Pero José Javier Hombrados, motivadísimo siempre que juega ante su afición, no estaba dispuesto a que nada amargase la tarde a los más de tres mil espectadores que acudieron a Vistalegre, y, parada a parada, acabó con cualquier opción de sorpresa de un envalentonado Ciudad Encantada.
Con el capitán a pleno rendimiento, el Atlético recobró la solidez defensiva de los primeros compases, lo que le permitió correr y correr para volver a distanciarse nuevamente en un marcador que reflejaba al descanso cuatro goles (19-15) a favor de lo locales.
Una dinámica que se acentuó en el arranque de la segunda mitad, en la que los rojiblancos catapultados por un imbatible Hombrados dispararon su renta hasta unos insalvables ocho tantos (24-16), que convirtieron en una utopía la posibilidad de puntuar para los conquenses.
Pero el objetivo del Atlético era recuperar el primer puesto de la clasificación, una meta que pese al empeño del meta sueco Richard Kappelin, los de Dujshebaev se aseguraron ya prácticamente a trece minutos de la conclusión, tras lograr de la mano de Markussen los necesarios once goles (30-19) de ventaja.
Una renta que la voracidad de los locales permitió ampliar hasta una máxima diferencia de catorce tantos, que, pese al formidable brazo del cubano Jorge Luis Paván, los rojiblancos lograron conservar hasta el final (38-24).