El nadador daimieleño Francisco Fernández logró el reto de nadar 24 horas nadando de forma ininterrumpida, tras el que hizo más de 2.000 largos, sobrepasando los 50 kilómetros a nado.
El daimieleño puso fin al desafío a las 21 horas de ayer, domingo, cuando se quitó el gorro y las gafas y abrazó a su hijo y nietos, que le acompañaron durante los últimos minutos del desafío en los que contó el apoyo y ánimo de las más de 400 personas que se acercaron hasta la piscina climatizada, señala una nota municipal.
Fernández, entre sus nietos nada más acabar la proeza.
Como en una nube y dispuesto a nadar otras 24 horas», aseguró Fernández tras acabar de superar el reto, que no lo tuvo nada fácil, ya que tras las cuatro primeras horas en la piscina sufrió un bajón psicológico que casi le lleva a abandonar.
«Se bloqueó al ver a tanta gente en la piscina y creía que no iba a ser capaz de conseguirlo, pero gracias al apoyo de los monitores y el director de la piscina pudo continuar y terminar el reto», ha asegurado su esposa, Conchi.
Para conseguir esta proeza, Fernández ha tenido que entrenar «muy duro» durante quince meses, ha asegurado. Lorenzo Sobrino, monitor de la piscina climatizada encargado de realizar el seguimiento.
Para llegar a cumplir este desafío, Fernández ya consiguió superar 8, 13 y 18 horas nadando de manera continua, y ahora ha entrenado durante más de 7 horas al día, combinando piscina y gimnasio, «algo inimaginable ya que hace un par de años pesaba más de 130 kilos y no hacía nada de deporte», ha remarcado Sobrino.
Al finalizar el evento, el protagonista ha recibido la felicitación del alcalde, Leopoldo Sierra, que junto a muchos daimieleños no quiso perderse este evento.
Asimismo, el Club Natación Daimiel le hizo entrega de una placa y Fernández correspondió con varios cheques a las cuatro entidades para las que se recaudaban fondos, más de 6.000 euros, que se han destinado a la Asociación de Padres y Amigos de los Sordos (Aspas), Acnur, a una asociación nepalí de ayuda a mujeres maltratadas y al propio club local de natación.
Tras completar el reto, los médicos que evaluaron al nadador decidieron, de forma preventiva, su traslado al hospital de Ciudad Real para hacerle un chequeo más completo, que según explcó el director del complejo de la piscina climatizada, Raúl Utrilla, «pasó la noche en observación y está bien, a la espera del alta médica».