Hércules y Guadalajara protagonizaron un partido propio de dos equipos que ocupan zona de descenso de categoría, si bien el conjunto alcarreño tuvo el mérito de aguantar más de medio partido en inferioridad numérica (0-0).
El Hércules no pudo celebrar su noventa aniversario con su segundo triunfo consecutivo en Liga, algo que tampoco consiguió el Guadalajara, aunque para los de Carlos Terrazas supone la tercera jornada sin perder.
El partido estuvo marcado por la expulsión en el minuto 26 del centrocampista del Guadalajara Vicente, en una acción alejada de las áreas, tras un encontronazo con Pere que el colegiado castigó con tarjeta roja directa.
Antes de quedarse en inferioridad numérica, el Guadalajara dominaba el partido o, cuanto menos, ni sufría en defensa y se acercaba con cierto peligro a la meta defendida por Juan Carlos.
De hecho, un disparo cruzado de Vicente en el minuto 16 y un tiro lejano de Erice, en el 18, fueron las dos acciones que más cerca estuvieron de inaugurar el marcador en la primera mitad.
El Hércules se mostró nervioso, como últimamente cada vez que juega en el estadio Rico Pérez, donde la fractura social provoca que la afición exprese su malestar rápidamente.
El equipo de Juan Carlos Mandiá no consiguió acercarse con peligro a la portería alcarreña ni con un hombre más sobre el campo antes del descanso y sólo un par de disparos de larga distancia y la incertidumbre que provocaban los saques de esquina hicieron pensar en un gol de los alicantinos.
En la reanudación no cambió nada el choque. El Hércules tenía el balón pero lo movía sin velocidad ni ideas por lo que el Guadalajara estaba muy cómodo en defensa, sin que se notara que tenía un hombre menos sobre el terreno de juego.
Al conjunto visitante le costaba llegar más al área alicantina, pero su portería no pasaba por apuros y sólo un cabezazo fuera de Gilvan generó ciertas dudas en los de Carlos Terrazas.
De hecho, fue el Guadalajara el que estuvo más cerca de inaugurar el marcador, en el minuto 71, en una falta que botó Álvaro y cabeceó con la coronilla Javi Barral. Faltó un suspiro para que el balón entrara en la portería, lo que enervó aún más a una afición que no daba crédito al mal partido de los suyos.
En la recta final del choque, el Hércules apretó, pero con la misma tónica de desacierto que el resto del partido. Ya con el tiempo cumplido, los alicantinos pidieron una mano de Aitor dentro del área, pero el colegiado no vio penalti en la acción y el partido acabó en medio de una sonora bronca del público.